Dos limpiadoras de la Jefatura de la Policía Local en Miller Bajo resultaron ayer heridas de poca consideración al ser alcanzadas por los restos de una bala que se le disparó, supuestamente de manera fortuita, a un agente cuando sacaba su pistola reglamentaria de un armero ubicado en medio de un pasillo de la comisaría. La Policía Nacional ha abierto una investigación sobre este incidente armado, el segundo que ocurre en unas dependencias de la Policía Local en menos de un mes y acaba con heridos. La primera alarma saltó el pasado 7 de julio después de que a un agente, presuntamente, se le escapara un disparo que le atravesó la mano e hirió a otro compañero.

El incidente de ayer ocurrió cerca de las 8.30 horas, poco después del pase de lista, cuando el agente Manuel J. F., con más de diez años de experiencia en el cuerpo, sacó su pistola del armero situado en la primera planta del edificio de la Jefatura. En ese momento, y según algunas fuentes, mientras manipulaba la pistola -una HK Compact de 9 milímetros- esta se disparó sola impactando el proyectil contra el suelo. La bala, al estrellarse contra el cemento, se partió en varios trozos o esquirlas, dos de las cuales hirieron a las limpiadoras. Una de las esquirlas rozó la mejilla a una de las empleadas mientras que la otra penetró en el costado de la herida más seria. Además de las heridas físicas, la detonación y el dolor causaron sendos ataques de pánico a las limpiadoras de los que tuvieron que ser tratadas por personal médico antes de ser evacuadas hasta el hospital Doctor Negrín.

Una de las dos heridas, Ignacia Q. O., fue intervenida quirúrgicamente a última hora de la tarde para extraerle el trozo de metal que se quedó alojado en su espalda sin afectar a ningún órgano vital y pasó la noche en el hospital por precaución. Su compañera, sin embargo, fue curada y dada de alta a primera hora de la tarde.

El gobierno municipal ha anunciado "mano dura" tras sufrir estos dos incidentes en sus poco más de dos meses al frente del Ayuntamiento y anuncia que se tomarán medidas disciplinarias para atajar este tipo de situaciones con armas de fuego. "Que en apenas un mes se vuelva a repetir un disparo accidental de arma de fuego en la Policía Local lo consideramos como un hecho muy grave", señaló el concejal de Seguridad, Ángel Sabroso, "no existe ninguna razón lógica, ninguna, para que los agentes monten el arma cuando la sacan del armero y la van a introducir en la funda, o para tener el dedo en el gatillo, al igual que no hay razón alguna para tener el arma fuera de la funda dentro de las dependencias policiales". El edil señaló que, como ocurriera a principios de julio, se esperará por el resultado de la investigación de la Policía Nacional, pero advirtió que los "comportamientos imprudentes" con armas de fuego por parte de los agentes tendrán consecuencias sancionadoras.