"Las limpiadoras heridas dicen que pueden contarlo por milímetros pero yo aún no sé si mi marido podrá contarlo". María del Carmen R. R., esposa del agente de la Policía Local Agustín Santana Martín, vive en un permanente susto desde hace mes y medio cuando su marido resultó herido de un balazo que se le escapó a un compañero en la sala de control de tráfico junto al Estadio Insular. "Acaba de pasar una crisis que casi le mata y estoy bastante rabiosa porque lleva un mes ingresado muy malo y todo el mundo se cree que lo que tuvo fue una herida leve, es injusto".

María del Carmen cuenta cómo la bala perdida de su compañero le rompió dos costillas y le atravesó el hígado y un riñón, provocándole una hemorragia muy grave en el hígado. Aparte de la primera operación de urgencia, Agustín Santana ha sido sometido a dos operaciones más en el último mes, la última de ellas a vida o muerte. "El martes por la mañana le empezó a doler la ingle y al poco rato estaba entrando intubado al quirófano". La esposa del policía explica que su marido sufrió un coágulo desviado por la bala hasta la ingle que le provocó un trombo pulmonar. "Después de la operación los médicos me reconocieron que Agustín cuando entró estaba más muerto que vivo y que se la jugaron con él". La mujer asegura que su marido se recupera en la UMI (Unidad de Medicina Intensiva) del hospital Insular y que todavía no está fuera de peligro.

No es la única crisis que ha tenido que superar Agustín Santana desde aquel fatídico 7 de julio ya que a los pocos días de ingresar en el Doctor Negrín sufrió unos dolores espantosos. "Estuvo tres días sin dormir de los dolores hasta que descubrieron que tenía sangre acumulada en el estómago desde que recibió el tiro, ahí estuvo otra vez crítico varios días".

Calvario

María del Carmen asegura que durante este mes está sufriendo un "auténtico calvario" por una injusticia. "Me da rabia porque parece que el Ayuntamiento está tapando lo que le pasa a mi marido y no quiere darle publicidad", relata, "no es justo que la gente no sepa lo mal que está Agustín". La mujer también se muestra molesta porque, dice, casi nadie del gobierno municipal se ha preocupado por ellos. "Sólo Ángel Sabroso [concejal de Seguridad] ha dado la cara y ha venido a visitarnos, del resto me he sentido totalmente desatendida del Ayuntamiento porque ni siquiera llaman todas las semanas para ver cómo está Agustín".

María del Carmen y su esposo son padres de dos niños de 12 y ocho años y no vacila en reconocer que a su familia la ha destruido este accidente. "Yo ya he tenido que pedir ayuda psicológica porque ya no puedo más". La mujer espera ahora que su esposo se recupere aunque desconoce qué secuelas le pueden quedar. "Tuvo tan mala suerte", dice la mujer de su marido, "a los 15 minutos de entrar de turno fue a buscar la emisora a la sala de control de tráfico y fue justo cuando se le disparó el arma a su compañero". María del Carmen asegura no tener rencor hacia el mando al que supuestamente se le escapó el disparo.