Paula González, teniente de corbeta, es una de las seis mujeres -cinco oficiales y una marinera de tropa- que forman parte de los 249 marineros de la tripulación del barco, construido en los astilleros Celaya de Bilbao en 1982 y dedicado exclusivamente a la instrucción de capitanes, oficiales, cadetes y marineros del país azteca.

"Lo más complicado ha sido adaptarse al modo de trabajo de ellos; los hombres siempre son más rudos. Pero la convivencia con ellos está siendo muy buena. Velan por nosotras dentro y fuera del barco", confiesa González, una joven de 23 años que ha sido seleccionada entre 17 mujeres que presentaron la solicitud.

El barco, que lleva el nombre del último emperador azteca que luchó contra el conquistador Hernán Cortés, está capitaneado por el comandante Marco Antonio Vila Vivaldo, con una treintena de años de servicio en la Armada.

Vila explicó ayer que las mujeres forman parte de la Armada desde hace 50 años pero que hasta ahora sus destinos siempre habían sido en tierra. De momento, no ha tenido ninguna queja de la tripulación.

"Aquí lo más complicado es la convivencia diaria. Llevarse bien con el vecino y trabajar en equipo. No podemos jalar cada uno por un lado, sino todos en el mismo sentido", añadió.

El oficial Salinas, uno de los encargados de pilotar el barco, lo explicaba de modo gráfico. "Para arriar o desplegar la bandera más pequeña que tenemos en el buque, la trinquitilla, se necesitan tres personas. Hay que trabajar en equipo".

Salinas, encantado también con la experiencia de llevar a bordo mujeres porque, según el, son "el equilibrio", aseguró que la experiencia de navegación les está ayudando también a las marineras a "dominarse y templarse" ante las situaciones de peligro que presenta el mar.

Hasta el momento, el buque escuela ha formado a 29 generaciones de oficiales y ha realizado 4.559 singladuras.

A pesar de que cuenta con todos los avances técnicos, los marineros aprenden a navegar a la antigua usanza. Es decir, observando la dirección del viento, el sol y las estrellas. Y en sus bodegas no faltan ni el chile -guindilla- ni la harina de maíz con la que hacer las tradicionales tortillas mexicanas.

El buque lleva incluso una máquina que las elabora aunque no todos los días las tortillas están presentes en el menú de los marineros. "Es una faena para el cocinero", comentó el capitán.

Itinerario

El buque escuela, que zarpó el pasado 8 de abril desde Acapulco (México), tiene previsto retornar al mismo destino el próximo 24 de noviembre.

Durante estos siete meses y medio de travesía los marineros han pisado tierra en Panamá, Cuba, Estados Unidos, España, Italia, Israel, Turquía, Ucrania, Bulgaria, Grecia y Colombia. En total, 230 días de navegación entre el viaje y los días que han hecho escala.

El Cuauhtémoc ha participado además en importantes regatas y en festivales náuticos en varias partes del mundo. Este año estuvo presente en el crucero Mediterráneo 2011.

El buque, que llegó por la mañana a Las Palmas de Gran Canaria tras varios días de navegación después de partir del puerto de Valencia, estuvo ayer abierto a la ciudadanos y muchos compatriotas lo visitaron.

El buque permanecerá en el muelle de Santa Catalina hasta el próximo jueves y podrá ser visitado de nuevo mañana martes y el miércoles en horario de diez de la mañana a diez de la noche.