Muchas promesas, pero no nos ha dado ningún plazo concreto para pagar las facturas. Nos hundió las ilusiones que nos habíamos hecho. Todo han sido palabras". De esta manera resumió uno de los asistentes el sentir de muchos de los proveedores del Ayuntamiento capitalino, tras la reunión que mantuvieron ayer con el alcalde Juan José Cardona. El regidor les convocó para intentar apaciguar los ánimos y prometerles que tiene previsto agilizar la tramitación y el pago de las facturas y les emplazó a nuevas reuniones cada seis meses. Pero no dio fechas ni cifras.

En una breve presentación en Power Point, Cardona explicó a los asistentes que el Ayuntamiento tiene una deuda reconocida en estos momentos que alcanza los 52,9 millones de euros, una cifra que se reducirá a 35,2 millones cuando Hacienda abone en el plazo previsto 17,7 millones en facturas pendientes, que fueron contraídas antes de abril, a través de un crédito ICO. Esto en cuanto a la deuda presupuestada, porque hay que añadir, dijo el alcalde, las facturas que no tienen dotación presupuestaria y que proceden "sobre todo de los años 2008 y 2009". Aseguró que se intentará buscar una salida al pago de estas facturas el próximo año, pero sin concretar cifras y volvió a recordar el "agujero de 53 millones" pendiente de pago.

Tras hablar de la penosa situación de las arcas municipales, Cardona se limitó a anunciar la creación de un sistema más "transparente" en la tramitación de las facturas; el aumento de la recaudación, extremando el seguimiento a los ciudadanos morosos que no pagan impuestos como el IBI o los vados y la ejecución de un presupuesto "realista" en el que los gastos se ajusten a los ingresos.

Pequeños asfixiados

Pese al malestar de los proveedores por el retraso en el pago que, en los casos más extremos supera los tres años, el ambiente fue distendido. Los contratistas se quejaron sobre todo de los complicados trámites burocráticos que siguen las facturas pendientes. También advirtieron de la necesidad de adaptar las revisiones de los contratos al IPC, un trámite que lleva paralizado tres años.

Los pequeños proveedores, los más asfixiados por las deudas porque las reducidas dimensiones de sus empresas les impide aguantar más sin cobrar, fueron los que más se quejaron. Cardona convocó a más de cien empresarios con los que el Ayuntamiento tiene una deuda mínima de 20.000 euros al mes, pero en algunos casos, como el de la empresa FCC, lo adeudado asciende a 17 millones de euros, según informaron fuentes del gobierno municipal, que reconocieron que es la compañía más castigada por la morosidad municipal.

Lo que más ilusionó a los proveedores fue la promesa de Cardona de pagarles las facturas con un máximo de seis o siete meses de retraso. "Ojalá sea así", imploró un suministrador, quien recordó que el tiempo que tarda el Ayuntamiento en pagar supera muchas veces el año.