Una vez más tenemos que volver sobre un tema que nos preocupa, y es la necesidad de que Las Palmas de Gran Canaria cuente con un museo marítimo que recoja toda la historia y acontecimientos, no sólo del puerto de La Luz, sino del papel protagonizado por la isla de Gran Canaria en las comunicaciones por mar desde su existencia. Es imperdonable que una ciudad atlántica, abierta a tres continentes ignore su pasado en el campo de la vida marítima, donde tanto ha protagonizado y que una serie de legados en manos de particulares haya que echarlos a la basura ante la desidia y el total desinterés de nuestras autoridades y de los centros culturales al faltar ese centro físico que recoja y atienda toda una historia que debemos entregar a todas las futuras generaciones. Es como si hubiera una mano negra que trata de olvidar la realidad marítima de esta Isla. Primero se dijo y se proclamó hace unos 50 años que el Castillo Principal de La Luz era por derecho propio el lugar para erigir el citado museo y con tal motivo se le hizo su primera rehabilitación nombrando el propio Ayuntamiento un director. Luego la política municipal cambia de opinión y se oferta dicho monumento para albergar la obra del escultor Martín Chirino. En ese intervalo se pierde el edificio Elder en Santa Catalina en favor del Museo de la Ciencia, que por derecho propio correspondía al Marítimo. Ahora nos queda Miller, único bastión con historia por el cual debemos luchar para que sea la sede del ansiado museo y no del carnaval como se pretende. El Ayuntamiento está obligado a devolver al Puerto lo que le corresponde. ¡No más olvidos!