El conflicto de la descarga de cereales sufre un nuevo contratiempo en el puerto de Las Palmas. Los trabajos para extraer 1.090 toneladas de soja del barco Anjo Funk quedaron ayer paralizados durante unas ocho horas, debido a la falta de maña de los estibadores con la máquina extractora propiedad de Silos Canarios. Curiosamente, era el primer buque en el que los trabajadores portuarios asumían obligatoriamente esta tarea desde que la Autoridad Portuaria emitió hace unos días un dictamen que resolvía la disputa entre la citada empresa y el colectivo profesional.

Un grupo de camiones en la calle esperando desde las siete de la mañana para cargar la mercancía y la empresa desesperada por los perjuicios que les estaba causando, mientras dos pequeños tractores permanecían enterrados en el grano dentro del buque y la manguera para enviar la carga hasta los depósitos de Silos Canarios permanecía inoperativa. Esta es la insólita imagen que se alargó durante casi ocho horas en el Muelle Grande, y que volvía a prorrogar un capítulo más el conflicto de la estiba de cereales. El bloqueo de la carga se resolvió después de mediodía tras echar mano a un operario de la propia empresa, y desenterrarse los dos pequeños tractores.

El problema afectó a a una partida de 1.090 toneladas de soja procedente de la Península, que tiene como destino los fabricantes grancanarios de piensos para animales. Y este insólito parón de la carga se debió a que los estibadores, cuyo operativo estaba formado por un capataz, un tractorista y un operador de máquina, desconocían el funcionamiento de la máquina de que dispone la compañía para trasladar el grano desde el barco hasta sus instalaciones y la impericia para moverse con los tractores entre la soja.

Los estibadores bloquearon el 8 de septiembre la descarga de 2.000 toneladas que Silos Canarios iba a realizar del granelero Anna. Se recrudecía de esta forma un conflicto que ya había tenido un mes antes el prólogo de una disputa sobre quién debía realizar este trabajo. Por un lado, la empresa alegaba que la operativa de descarga la podían realizar con su propio personal como venían haciendo hace mucho tiempo, al usar para ello una máquina para succionar cereales desde la bodega de los barcos.

En cambio, el colectivo de estibadores defendía que este tipo de actividad requería la presencia de profesionales portuarios, por lo que debían ser ellos quienes hicieran todas las maniobras.

Ahogados

El conflicto, que generó una gran tensión entre ambas partes, obligó a la Autoridad Portuaria a emitir una resolución para poner fin al conflicto. La mediación se firmó el 13 de octubre por el organismo portuario, y venía a dar la razón a los estibadores. Precisamente, este era el primer barco desde que Silos Canarios recibió el documento en el que se veía obligado a recurrir al colectivo.

La sociedad estibadora pidió durante el día de ayer la colaboración de la propia empresa para realizar este servicio, ya que no había recibido una formación previa para trabajar con este equipamiento, ya que otras empresas graneleras no disponen de esta infraestructura.

Debido a la lluvia y al retraso del inicio de la descarga, la empresa creía muy poco probable que la descarga pudiera acabarse anoche.

Los estibadores reconocen que debían haber recibido previamente un programa de formación para operar con el grano y, sobre todo, con la soja, para evitar que los tractores se ahogaran en el grano, como pasó ayer,