La crisis y el endurecimiento del Código Penal han llevado a reducir drásticamente los positivos por consumo de alcohol entre los conductores de la ciudad, algo que ha detectado la unidad de Tráfico y Atestados de la Policía Local. "Han bajado los positivos de una manera enorme", reconoce el agente encargado de Atestados encargado de hacer la prueba del etilómetro el pasado viernes por la noche.

Según fuentes de la Jefatura ese descenso está próximo al 75% desde que entraron en vigor las nuevas penalizaciones por conducir ebrio (más de 0,60 gramos de alcohol en aire expirado ya es delito) los dueños de coches se lo piensan dos veces antes de beber. "Muchos han cogido miedo aunque todavía algunos se arriesgan, sobre todo a partir de las 4.00, cuando cierran los locales y vuelven a casa, esa es la hora crítica", señala el agente de Atestados.

Vida familiar

Por otra parte, los agentes de Atestados al igual que el resto de compañeros del turno de noche de la Policía Local, reconocen la dureza del trabajo que realizan y lo difícil que es conciliar vida familiar con la laboral. "Yo me acuesto a las 6.30 y a la hora y media me levanto para llevar los niños al cole", dice el agente Moisés. Junto al subinspector Eduardo, ambos policías hacen un alto de 20 minutos para tomar un bocadillo sin despegarse de la emisora. "Este es nuestro almuerzo prácticamente", dice Eduardo, "hay noches cuando libro que me levanto de madrugada con ganas de comer por la costumbre". Mientras, en la emisora salta un aviso por ruidos molestos en La Minilla.