"Es bueno que el inversor privado participe porque es una garantía de la sostenibilidad del proyecto, le da seguridad", afirma el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, ante el apoyo empresarial a su idea de promover de nuevo una actuación urbanística en el istmo de Santa Catalina aprovechando su iniciativa de soterrar la Avenida Marítima en tres tramos: la plazoleta de Belén María, frente al edificio Woermann y en el cauce del barranco Guiniguada.

Pero Cardona no quiere cometer errores con respecto a los proyectos sobrevenidos al enterramiento de la autovía. "Tenemos que aprender del pasado y casi partir de cero, y por lo tanto no voy a hablar de concursos, sino de consenso y de unidad como condición, porque mi experiencia me dice que cuando hay cohesión, las cosas se consiguen". El regidor cree clave el apoyo empresarial a "un proyecto estratégico que coloca a la ciudad en la modernidad".

La inversión privada que plantea el alcalde como opción "tiene que hacerse bajo determinadas condiciones, como los aprovechamientos", asegura Cardona. Se trata de que algunos de los hitos que puedan salir de un proyecto "acordado por todos", como un acuario, una marina para barcos deportivos o un varadero para reparaciones puedan ser financiados por inversores. "Pero yo no sé", advirtió el regidor, "si hay que poner allí un hotel o no; eso lo tendrá que decir el tiempo".

Juan José Cardona sí tiene claro, en cambio, cuál es el siguiente paso que tiene que dar para hacer realidad su propuesta. Tras acordar con el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias constituir mesas de trabajo para debatir propuestas, a principios de 2012 le llegará el momento de dirigirse al nuevo ministro, o ministra, de Fomento para pedirle ayuda financiera para el soterramiento de la Avenida Marítima. "Eso será lo primero que haré", asegura.