María Isabel García Bolta es carnavalera de vocación. Tras cuatro años de vacaciones impuestas por la ciudadanía, ahora vuelve con más ganas que nunca, cargada de ilusiones, a pesar del duro revés que le ha supuesto la sentencia sobre la prohibición de los actos en el parque Santa Catalina.

- Para empezar, un auto judicial que prohíbe los actos del Carnaval.

- Considero que el Ayuntamiento ha cumplido en el sentido estricto con sus obligaciones. Nosotros seguimos con la programación prevista y cumpliendo con lo que se nos dijo en su momento. Hemos acortado los días de la fiesta pensando en los vecinos.

- ¿Ha sido una sorpresa o lo esperaban?

- Ha sido una sorpresa. Este auto judicial, qué duda cabe, viene a descolocarnos un poco. Vamos a presentar un recurso de casación y pedir la suspensión del auto hasta que haya una nueva resolución.

- ¿Cómo se quedan ahora los mogollones?

- Creo que los mogollones han desaparecido hace mucho tiempo. No vamos a propiciar esa música muy de botellón, precisamente por respeto a los vecinos. Habrá música ambiente hasta la hora permitida. Los ruidos van a bajar y no habrá mogollones. Vamos a cuidar y dignificar la parte de atrás del escenario, no sé si lo conseguiremos, pero está entre nuestros objetivos.

- Pero sigue pendiente resolver el problema de los ruidos.

- Lo mismo que hay un principio de autoridad para llevar el Carnaval, también está el principio de respeto hacia los vecinos, porque el carnaval lo tienen muy cerca y necesitan conciliar la fiesta con el descanso. Dentro de esos límites, también hay que pensar que los vecinos desean descansar y hemos tomado algunas medidas para que ese ruido sea menor. Por ejemplo, en el intercambiador ya no vamos a poner orquesta, ese horario prolongado por la noche se verá aminorado en cuanto a ruidos. Hemos contemplado todas esas posibilidades.

- ¿No cree que el pregón no debió quedar excluido del programa de actos, en vez de figurar solo en la red?

- El pregón que hemos incluido en la red está teniendo muchas visitas. Todos íbamos a las fiestas sin saber lo que iba a ser. Ya no era aquel pregón que dimos en la plaza de Santa Ana, en su momento, sino que se había convertido en una gala. Por él han pasado casi todas las personas que tenían que pregonar el carnaval y al final estaba siendo un poco losa. En este ánimo de hacer algún cambio, de provocar ilusiones, pensamos que las redes ocupan un lugar permanente, y de hecho de 4.000 personas que lo veían en directo en el parque, a día de hoy figuran en las redes algo más de 13.000 visitas.

- ¿Con qué presupuesto cuenta para afrontar las fiestas?

- Dispongo de un presupuesto inferior al del año pasado, que estaba en aproximadamente 2.160.000 euros y este año se ha quedado en 1.850.000, que viene a suponer un 15% menos.

- ¿Este recorte podría restar calidad a la celebración?

- Aun siendo importante, no es un tema capital. Creo que lo interesante es diseñar bien las fiestas y organizar todos los actos, tomar iniciativas y animar a los grupos y a las personas a que colaboren con nosotros.

- Pero sigue generando muchos puestos de trabajo.

- Reconozco que hay muchísima gente que está esperando que llegue el Carnaval para trabajar. Soldadores, maquilladores, modistas... El Carnaval genera trabajo y mueve la economía en el sector de la restauración, artistas...

- Después de 35 años, se ha cambiado de forma radical el programa: la primera semana ya no es de las murgas...

- Un sector del mundo del carnaval reclamaba estos cambios, y a patrocinadores y diseñadores les ha parecido bien. La fiesta no puede quedar estancada. Hay que darle una vuelta de vez en cuando para que no caiga en el aburrimiento, como un mayor lucimiento de candidatas. Tanto murgas como comparsas van a tener un papel importante, y nos van a sorprender en la Gala de la Reina, y luego participarán en la Gran Gala.