Los presuntos estafadores detenidos por la Policía Nacional por falsificar bonos de diez viajes de Guaguas Municipales llegaron a vender en los dos quioscos que regentaban más de 100.000 tarjetas de transporte, lo que les reportó -en los dos años en los que se calcula que estuvieron actuando- unos ingresos directos de 700.000 euros, la misma cantidad de dinero que dejó de percibir la compañía municipal a la que se produjo el desfalco.

El Cuerpo Nacional de Policía amplió ayer la información adelantada por LA PROVINCIA/DLP detallando que los detenidos por estar implicados en esta red de falsificadores son un total de 10 y que la cantidad defraudada tanto a Guaguas como a Global supera los 850.000 euros. El fraude a la compañía interurbana es menor, 150.000 euros, porque Global cambió hace meses la Tarjeta Insular por la Suma, que es de plástico.

La policía especificó que sólo permanecen en prisión dos de los diez detenidos, una pareja identificada como Diego y Norma, acusados de ser los supuestos cabecillas de la banda. El resto eran empleados suyos que han sido puestos en libertad con cargos por, supuestamente, vender los bonos falsos a sabiendas.

Según la información facilitada ayer, la operación policial comenzó en enero de 2011 con un seguimiento sobre dos quioscos administrados por la citada pareja, uno en Mesa y López y otro en Mas de Gaminde. Tras unos registros previos en los que no se encontró rastro alguno de bonos falsos, la investigación policial siguió adelante durante un año hasta acumular suficientes pruebas. Se da la circunstancia de que los detenidos no tenían licencia de Guaguas para vender sus bonos ya que se les había detectado otra estafa previa, por eso recurrían a un tercero que no estaba fichado por la compañía municipal para comprar bonos auténticos. Explicó la policía que los acusados vendían alternativamente unos bonos y otros para no levantar sospechas. Los empleados, supuestamente, vendían los bonos auténticos a los compradores habituales y a los canarios, y los falsos, de peor calidad en su impresión, a foráneos o gente mayor con problemas de vista.

Finalmente, el pasado 17 de febrero se dio la orden de desarticular la banda y la policía actuó simultáneamente en los dos quioscos donde se incautó de 175 bonos falsos y detuvo a los empleados. Curiosamente, estos locales cuentan con sistemas de videovigilancia conectados a monitores situados en la casa de los dos cabecillas, por lo que el señalado como Diego pudo ver desde su domicilio la operación policial y preparó la huida. A pesar de sus precauciones, los agentes lograron interceptarlo cuando salía de su casa buscando la basura con una caja llena de cientos de bonos falsos triturados, y otros 140 aún enteros en los bolsillos. Tras registrar su domicilio, la policía halló 55.000 tarjetas en blanco con banda magnética y del tamaño de un Bono 10 listas para ser impresas y vendidas en la calle, lo que hubiera supuesto otros 357.000 euros en pérdidas para Guaguas.