Los cuerpos de la Policía Nacional y municipal acordaron ayer iniciar en un plazo de diez días un plan de atención preferente en las calles de Arenales donde los vecinos han denunciado la existencia de escandaleras nocturnas, peleas y trapicheo. El director de gobierno de Seguridad y Recursos Humanos de la capital grancanaria, Claudio Rivero, explicó que el plan consistirá en intensificar las patrullas que ya realizan en la actualidad los agentes policiales por las calles donde hay negocios de prostitución, así como el incremento de los controles de alcoholemia.

También se controlarán las licencias de actividades de los establecimientos que hay en la zona y se realizarán inspecciones específicas para comprobar que no existe absentismo escolar entre los hijos menores de las personas que se dedican a la prostitución. Claudio Rivero aclaró al respecto que esta última intervención se enmarca dentro de las actuaciones que tienen previsto desarrollar los servicios sociales municipales, en colaboración con ONG, para abordar la problemática que afecte al colectivo que se dedica a la prostitución.

La policía prestará especial atención durante el día en los alrededores del colegio Aguadulce, la zona con más negocios de prostitución, para evitar que los menores contemplen el exhibicionismo de la prostitución.

Rivero señaló que el objetivo de este dispositivo especial es más preventivo que represivo. "Con la mayor presencia policial pretendemos que los usuarios de los locales de ocio de la zona tengan claro que si su comportamiento se ajusta a lo permitido no tienen nada de qué preocuparse, porque lo que se va a evitar son los gritos, las peleas y las actividades molestas para los vecinos", explicó Rivero, quien añadió que con este plan, cuya puesta en marcha se acordó ayer por los responsables del Ayuntamiento, la Policía Local y la Nacional, se pretende dar respuesta a las demandas de los vecinos, que denuncian la existencia de escandaleras continuas, peleas y trapicheo en la zona.

Actividades molestas

"Según ambos cuerpos policiales, no existe un problema grave de seguridad en la zona", sostuvo Rivero, quien consideró que "lo que hay es una sensación de inseguridad en los vecinos, que no tiene fundamento". Lo que sí existe en la zona, reconoció, "son actividades molestas para los ciudadanos, relacionadas con la actividad nocturna y, en algún caso, diurna".

Resaltó que ya existe una "atención preferente por parte de la policía en la zona", que se va a intensificar, con la idea de "intentar incomodar a las personas que causen molestias a los vecinos. Las personas que acudan a tomarse una copa o a tener encuentros en el interior de las casas no va a tener ningún problema en seguir disfrutando de la noche".

En la reunión de ayer, que sentará las bases de la coordinación de la actuación policial, participaron además de Rivero y la concejala del distrito Centro, María Amador, el comisario principal Carlos Saavedra y la subcomisaria Rosa Rodríguez, por la Policía Local, y el inspector jefe de Seguridad Ciudadana, Juan Benavente, jefe de la Unidad de Intervención Policial, Manuel Ríos y el inspector delegado de Participación Ciudadana, Lorenzo Hernández, por la Policía Nacional. Ambos cuerpos celebrarán más reuniones en los próximos días para terminar de articular el plan.