"Lo único que quiero es terminar el tratamiento, que todo esto se acabe y el cáncer desaparezca". La que habla es una de las pacientes que acuden diariamente a las sesiones de radioterapia del Hospital Doctor Negrín, tras la avería de uno de los aceleradores lineales. Como la mayoría de los usuarios de este tratamiento contra el cáncer resume todo en una sola palabra: "Paciencia". La peor parte se la llevan los pacientes que vienen de Lanzarote o Fuerteventura cuyos retrasos en el tratamiento son un problema añadido. Ante esto hay enfermos solidarios que ceden su turno para que los de fuera lleguen a tiempo al aeropuerto.

Desde el pasado miércoles uno de los tres aceleradores lineales no funciona, por lo que se producen retrasos y aplazamientos a pesar de que en estos casos se amplía el horario de los dos que siguen en funcionamiento. Fuentes de Negrín aseguran que ayer todos los tratamientos se quedaron al día.

"Nunca entras a la hora que te dicen, pero esto es así. Paciencia. Normalmente espero una o dos horas para entrar, algunos días más y otros menos. Depende", comenta una señora que cumplía ayer su sesión número 20. Todavía le quedan 10 diez más. "Sólo espero que esto sirva y que todo esto haya sido sólo un mal sueño. Esperar más o menos me da igual", asegura resignada.

La salita donde esperan enfermos y familiares está llena de revistas y libros y tiene una pantalla de televisión. Cada día sanitarios y voluntarios reparten café y agua con limón. "Nos tratan estupendamente. Trabajan más horas de las que deben para que todos tengamos nuestra sesión. Sólo tengo buenas palabras para ellos", añadía otro usuario que se entretenía hojeando una novela.

Actualmente se está a la espera de la construcción de un búnker que proteja el nuevo equipo, que sería el cuarto. Una vez construido se adquiriría la maquinaria. Hasta ese momento lo único que queda es "paciencia".