Otros dos vecinos de la Biblioteca del Estado, que se declaran afectados por el inmueble, han exigido al juez que cumpla de inmediato la sentencia que obliga desde 2010 al Ayuntamiento de la capital grancanaria a demoler el edificio por conceder en 1997 la licencia de construcción sin un plan especial previo que ordenara la zona.

Los residentes, que en su día no denunciaron, viven en un inmueble de la calle Venegas colindante con el edificio San Telmo, cuya comunidad ganó el pleito que obliga a demoler la Biblioteca, y han solicitado a la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias personarse en la causa como parte afectada en la ejecución de la sentencia. La única solución que salvaría a la Biblioteca del derribo es que se alcance un acuerdo con la comunidad San Telmo a cambio de compensarles con indemnizaciones por haber perdido las vistas panorámicas, compensaciones de las que supuestamente se podrían beneficiar estos nuevos denunciantes.

El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, ya ha sido multado con 500 euros por desobedecer la orden del Tribunal Supremo de derribar la Biblioteca del Estado. El Ayuntamiento no está dispuesto a tirar el edificio y ya ha recurrido tanto la multa como la última providencia que le insta a obedecer la orden del Supremo, amparándose en que la demolición de la Biblioteca es un delito. Al mismo tiempo, mantiene negociaciones con la comunidad del edificio San Telmo, que reclama más de dos millones de indemnización, para alcanzar un acuerdo.

Mientras tanto, los nuevos denunciantes, que residen en la calle Venegas número 6-8, argumentan en el escrito presentado al juez que "la vivienda adquirida por mi representado, que lindaba con zona verde que la separa de la avenida marítima del Norte, se ha visto alterada como consecuencia" de la Biblioteca, "sobre la que recae el objeto del recurso contencioso" que se encuentra en fase de ejecución. Aseguran que la parcela fue adquirida el 6 de abril de 1992 y que tanto el solar como la vivienda lindaban con la zona verde, donde ahora está el edificio cultural público.