Nada más entrar a Siete Palmas ya se escuchan las sevillanas. Y basta con acercarse un poco para oler las tortas de camarón y el pescaíto frito. La Feria de Abril se ha apoderado durante el fin de semana de la parte alta de la capital grancanaria a la que se rinden centenares de canarios con raíces andaluzas o sin ellas. El lugar elegido para esta edición ha sido el anexo del Estadio de Gran Canaria, menos molesto para los vecinos y más amplio que el aparcamiento del parque de la Música, donde se celebró el año pasado.

"Aquí ya no se piden cubatas. Se bebe rebujito", aseguraba David Suárez, encargado de uno de los chiringuitos, mientras que una camarera servía la bebida estrella de cualquiera feria de Andalucía: hielo, Seven Up, vino de manzanilla y un poco de hierbabuena, es decir, el rebujito.

Había mucho pescado frito, pero tampoco faltaba la carne, todo acompañado de un buen fino o manzanilla. "El cambio de ubicación ha sido un gran éxito. Ha venido más gente que en las anteriores ediciones", decía Juani Hernández, organizadora de la feria que pidió al Ayuntamiento el parque Santa Catalina, donde se situaba al principio, pero después del primer día de feria en Siete Palmas reconocía que el cambio había sido "para mejor".

Por primera vez en las cinco ediciones de esta feria en la capital grancanaria el arte salió del propio recinto y varias carrozas y caballos con sus jinetes vestidos de típico cordobés recorrieron las calles del barrio animando a los ciudadanos a unirse a la fiesta. Unos caballos que dieron un pequeño susto cuando dos de ellos corrieron durante unos minutos sin jinete arrastrando una carroza. Por suerte, la organización los paró y todo quedó en una pequeña carrera. Ayer también hubo tiempo para el concurso de sevillanas infantil y adulto, así como para una pasarela andaluza. Entre las actuaciones destacaron las de la exhibición hípica del Club Ansofé, la Escuela de Baile de Coca Navarro, las Amigas Rocieras de Guanarteme o el Estudio Flamenco Soraya Hernández.

Pero no sólo hay música, ya que para quien quiera alguna prenda o complemento hay varios puestos, como el de Manolo Montenegro que ofrece collares, flores, pulseras, peinetas, abanicos, pendientes...

Hoy continúa la fiesta con un día dedicado más bien a los pequeños de la casa con baile y danza infantil para que poco a poco se vayan interesando por las tradiciones andaluzas.