La plaga de aguavivas que asoló el fin de semana a Las Canteras remitió ayer de manera considerable al detectarse una menor presencia de medusas en las aguas de la playa. El dato de que ayer los operarios de Limpieza de Playas recogieran apenas cien kilos de aguavivas frente a los 2.200 del fin de semana, corroboran esta tendencia.

A pesar del importante descenso los efectivos de Cruz Roja de Las Canteras practicaron medio centenar de asistencias a bañistas afectados por las picaduras de estas aguavivas -Pelagia noctiluca- para ser un día laboral. El domingo fueron atendidos 75 afectados y el sábado 150 por picaduras. Pese a ser lunes la playa registró una importante afluencia de usuarios durante todo el día de ayer debido al calor y el bochorno que sufren las Islas desde hace días, aunque pocos de ellos se atrevían a adentrarse mucho en el agua ante la bandera amarilla de precaución, la enseña roja de aguavivas y los continuos avisos por megafonía recomendando no bañarse. El miedo a ser picado por las medusas espantaba ayer por la tarde a un grupo de turistas peninsulares que se dio media vuelta en la escalera de bajada a la arena cuando oyeron el aviso por megafonía.

Desde Cruz Roja se informó que la presencia de las medusas ayer, aunque menor, volvió a extenderse por toda la playa aunque en las zonas del Charcón, Peña La Vieja, La Cícer y la playa grande fueron más evidentes. Los socorristas atendieron a 15 bañistas en el puesto de La Cícer y a 35 en el que está junto al hotel Reina Isabel. Estas mismas fuentes señalaron que de confirmarse mañana que continúa la desaparición de las medusas podría desactivarse por fin la alerta e izar la bandera verde que lleva una semana arriada de los mástiles de la playa por las aguavivas.

Todos los expertos consultados por LA PROVINCIA / DLP al respecto coinciden en señalar su extrañeza por la repetición constante de estas invasiones de aguavivas en las costas sobre todo de las islas orientales en los últimos seis meses. "Es muy raro y no se saben exactamente las causas de esta repetición de oleadas de medusas en tan poco tiempo", aseguró ayer el biólogo marino y técnico del Gobierno canario, Fernando Espino. La comunidad científica ha esgrimido en los últimos meses entre estas causas la alteración del ecosistema de las aguavivas, el calentamiento del mar e incluso una basculación del océano Atlántico. "Todo eso son teorías porque no hay estudios certeros que demuestren por qué hay tantas aguavivas ahora", señaló Espino, "lo más seguro es que sea una combinación de factores lo que produzca esta proliferación".

Espino coincide con otro biólogo y especialista, Ricardo Haroum, en que la causa más probable de la invasión de aguavivas que viven las Islas se deba a la escasez de depredadores como las tortugas, y a la falta de otras especies competidoras. "Las aguas de Canarias y las del banco canario-sahariano están muy esquilmadas por la sobreexplotación pesquera, esa puede ser una de las causas de la mayor presencia de medusas, ya que al no encontrar competidores a la hora de buscar comida ni depredadores tienen más alimentos y se reproducen más, luego las corrientes las traen a las Islas", teorizó Espino.