El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha estrenado este viernes 1 de junio el primer parque canino de la ciudad, una zona específica donde los perros, acompañados de sus dueños, podrán correr y jugar sin riesgos. Con una superficie de juego de 500 metros cuadrados y un área de esparcimiento de 1.600 metros cuadrados, es el primer paso del grupo de gobierno para crear en la ciudad de una red de áreas exclusivas para el esparcimiento y ejercitación de estos animales, con el objetivo de responder a la demanda de sus propietarios y mejorar la convivencia de ciudadanos y mascotas.

La ubicación de esta primera zona específica para perros, en el parque "Alonso Quesada" (Parque Romano) frente al edificio de las Oficinas Municipales, se ha determinado por ser un espacio que es utilizado de forma habitual por numerosos propietarios de animales de compañía. Tanto su localización como sus características técnicas han sido consensuadas por el Ayuntamiento en la Mesa de Trabajo de Tenencia Responsable de Animales, integrada además del propio consistorio, por el Colegio de Veterinarios, el Albergue Insular y asociaciones y colectivos de defensa y protección de los animales.

Esta instalación se unirá a la construcción a partir de junio de un segundo espacio específico para perros en el Parque Santa Catalina, junto a la zona de la Grúa Titán, con el objetivo de que todos los Distritos de la capital cuenten con una de estas áreas específicas para perros a lo largo del mandato, como parte de la política municipal que se desarrolla para fomentar la convivencia ciudadana con las mascotas y la tenencia responsable de animales domésticos.

La instalación del área de juegos, de 500 metros cuadrados, cuenta con un circuito de juego para las mascotas, con dos cilindros de 2 metros de largo y 600 mm de diámetro, un donut para salto formado por estructura metálica, una mesa fija de 1,44 metros cuadrados, un salto de longitud formado por dos barras horizontales y paralelas a 0,20 metros del suelo y separadas entre ellas 0,75 metros y un salto de 0.5 metros de altura.

El área de juego consiste en un determinado número de obstáculos para la educación, ejercitación, diversión y adiestramiento de perros y permite la activación de la estimulación mental y física.

A este circuito se suman bancos para los propietarios, papeleras específicas para las deposiciones de estos animales y un punto de agua. Estas dos áreas están cerradas y delimitadas por un vallado de madera de 1,05 metros de altura, con accesos habilitados para acceder a las mismas con una doble puerta con zona de pipi-can entre ambas y que utilizarán los usuarios antes de acceder a la zona de juegos. La superficie del parque de perros de material granular y grava cuenta con una red de aspersión para el lavado periódico de la zona.

El parque de perros recibirá a los animales y sus dueños con dos carteles donde se especifican las normas de uso de los mismos. En este sentido, los propietarios de los perros deben acompañar y controlar a su mascota en todo momento y está prohibido el uso de esta área para cualquier actividad que no sea el esparcimiento de los animales. Los propietarios son, en cualquier caso los responsables subsidiarios de los daños y perjuicios que el animal pueda ocasionar Las mascotas podrán permanecer libres, sin correa y bozal en la misma, excepto si se trata de un animal catalogado como Potencialmente Peligroso o si no se puede ejercer un control adecuado. Está además prohibido dejar excrementos o comida en el interior del recinto.

Estos parques servirán no solo para el uso y disfrute de los animales de compañía sino para concienciar a sus propietarios de las obligaciones que tienen para con sus animales a través de la difusión en los carteles. Promueven una onvivencia repetuosa con los animales de compañía.