La Armada Española ha desplegado sus dos primeros patrulleros oceánicos en el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria para garantizar la seguridad marítima del Archipiélago. El Meteoro (P-41) y Rayo (P-42), los más modernos de su clase, ya se encuentran en la Base Naval de la capital grancanaria "plenamente operativos" con la misión de vigilancia en las aguas isleñas después de un periodo de pruebas y adiestramiento.

Este importante despliegue de nuevas unidades navales en el Archipiélago se completará con otros dos nuevos buques de acción marítima (BAM), El Relámpago (P-43) y el Tornado (P-44), que tienen previsto incorporarse al Arsenal de Las Palmas de forma activa para finales de año.

El Rayo y el Meteoro arribaron a Gran Canaria los días 4 y 7 de junio y a partir de ahora realizarán sus operaciones habituales en un área que se extenderá hasta 3.500 millas, incluyendo zona de aguas tropicales, según informa el Estado Mayor del Mando Naval de Canarias. Su misión será la protección de los espacios marítimos de interés nacional realizando labores de control y vigilancia de seguridad marítima.

En cuanto a los otros dos patrulleros oceánicos, el Relámpago, que se entregó a la Armada el 6 de febrero, se encuentra actualmente realizando un periodo de adiestramiento y certificación, previo a su próximo despliegue en la 'Operación Atalanta' de lucha contra la piratería en aguas del océano Índico, frente a las costas de Somalia. Las previsiones apuntan que para diciembre este BAM se incorpore a la Base Naval de Las Palmas para iniciar su misión en el entorno marítimo de las Islas Canarias.

El 'Tornado'

El último de los patrulleros oceánicos, el Tornado fue botado el pasado 21 de marzo y aún no ha sido entregado a la Armada, lo que se prevé se lleve a cabo para finales de junio. Luego deberá pasar el periodo de calificaciones operativas para verificar que está conforme con lo estipulado en el contrato y su posterior adiestramiento. Las estimaciones apuntan a que el P-44 pueda estar operativo para octubre.

Los patrulleros oceánicos han sido construidos en las instalaciones del Astillero de Navantia en San Fernando de Cádiz. La concepción de los BAM ideada por la Armada y Navantia responde a la de unos buques de altas prestaciones, costes de adquisición y mantenimiento reducido, y gran nivel de polivalencia, no sólo en el ámbito militar sino también en el de cooperación en tareas de salvamento, lucha contra la contaminación, evacuación y ayuda humanitaria.

Además de un alto nivel de automatización, los BAM disponen de una cubierta de vuelo a popa del hangar (el cual está integrado en la estructura) con unas dimensiones de 24,7 por 13,5 metros, que permitirá las operaciones de despegue, toma y reabastecimiento de combustible en vuelo estacionario así como el aprovisionamiento vertical de helicópteros.

Los patrulleros oceánicos permiten una máxima eficiencia en la logística y una optimización de los recursos humanos para llevar a cabo misiones de control del mar en escenarios de baja intensidad, con capacidad de disuasión y reacción ante amenazas convencionales de pequeño calado, todo ello especialmente en escenarios oceánicos o alejados del territorio nacional.

Una característica relevante del diseño de los BAM es el alto estándar de habitabilidad tanto para la dotación básica como para el personal de transporte, incorporando los medios más actuales en cuanto a confort, control medioambiental y diseño ergonómico, de modo que se faciliten las condiciones de vida a bordo, permitiendo la operación del buque en lugares alejados de las bases durante periodos de tiempo prolongados.

La tripulación prevista es la de 46 personas, aunque tiene capacidad para acoger hasta 80 personas durante 48 horas. La velocidad máxima es de 20,5 nudos con una autonomía de 8.700 millas. El buque tiene 94 metros de eslora, 14,2 de manga, 7,3 de puntal y 4,2 metros de calado. La Armada ha previsto la construcción de nueve unidades BAM, que irán sustituyendo a antiguos patrulleros.