Soy carioca, y los cariocas gozan en la playa". Son palabras de Angelo Julio Chambarelli de Novaes, encargado de la división de maquinaria del buque brasileño União F-45, que ha estado en misión de paz en Líbano durante los últimos seis meses. La fragata atracó ayer y permanecerá en el Arsenal de Las Palmas hasta el próximo lunes. Sus tripulantes podrán aprovechar estos días para descansar e incluso hacer turismo por la capital grancanaria antes de reencontrarse con sus familiares en Río de Janeiro.

El Comandante Ricardo Gomes indicó que la principal función del barco era "evitar la entrada de armamento ilegal en Líbano". El União realizaba esta tarea de paz junto a otros ocho barcos procedentes de países como Alemania, Grecia, Indonesia y Bangladesh. Todos ellos estaban integrados en la Força Tarefa-Marítima de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el país de Oriente Medio, donde la Organización tiene una fuerte acción marítima. La fragata brasileña, además de patrullar, era responsable de ayudar a la marina residente en cuanto a su formación.

La difícil situación que los ciudadanos sirios han vivido en su país a lo largo de los últimos meses ha provocado que el clima fuese ligeramente más tenso en Líbano. "Hace un mes hubo un buque que entraba en el país y fue aprehendido con armamento ilegal", señaló el comandante. Éste fue el mayor contratiempo que los brasileños afrontaron dentro de su trabajo de identificación de barcos de la zona.

La fragata União F-45 fue construida hace 30 años en un astillero de Brasil y posteriormente, en 2005, fue remodelada. La misión, que comenzó el pasado mes de octubre, ha acogido a 243 marines, ninguna mujer entre ellos.

Angelo Julio Chambarelli de Novaes, encargado de los motores y las turbinas del União, visita por tercera vez Gran Canaria. La primera fue por un viaje de instrucción para ampliar y completar su formación: "Vinimos en invierno y hacía frío", indicó el militar con media sonrisa, al aludir al buen tiempo hacía en la capital en su tercera estancia.

"La experiencia en Oriente Medio ha sido gratificante y única", manifestó orgulloso Chambarelli de Novaes, a quien agradó la convivencia con una cultura distinta a la suya. Sin embargo, echar de menos a la familia era una sensación inevitable que pesaba a medida que avanzaban las semanas. Los marines tenían contacto a diario con sus seres queridos a través de Internet y del teléfono. Aunque esto no era suficiente para mermar el sentimiento de añoranza a bordo del buque: "Es la parte mala de la misión, la distancia con ellos", declaró el brasileño.

Los tripulantes del União F-45 aprovecharán estos días en Las Palmas de Gran Canaria para descansar e ir a la playa. Ya el lunes partirán rumbo a Brasil y será el 7 de julio cuando arriben al puerto de Río de Janeiro. El buque brasileño fue sustituido el pasado mayo en el país de Oriente Medio por la Fragata Liberal F- 43. Cariocas en el Arsenal.