Los Riscos de la capital grancanaria se alumbraron anoche con menos fuegos y humaredas rindiendo tributo a las fiestas fundacionales en honor a San Juan. Las lomas cercanas al casco histórico de Vegueta y festejaron el poder purificador de este elemento menos el de San Juan al verse su pila ocupada por unas obras para hacer unos jardines para el barrio.

San José, San Roque y San Nicolás exhibieron sus hogueras, aunque la celebración del partido de fútbol entre las selecciones de España y Francia para pasar a las semifinales de la Eurocopa de 2012 se hizo sentir en el número de fogatas y en el de participantes. "La Roja tiene mucho tirón entre la gente", señalaron unos vecinos del principal risco.

San Juan, que por su onomástica es el barrio donde más se sigue la tradicional fiesta de la hoguera en la víspera del 24 de diciembre no pudo hacer su famosa incineración de trastos viejos para pasto de las llamas. "Ha sido una pena", manifestó anoche el presidente de las Fiestas de San Juan, Manuel Armas, que tras doce años encendiendo la tonga de combustible se ha visto sin función.

El sitio donde venían haciendo la más famosa de las fogaleras ha sido ocupado por unas vallas del Ayuntamiento capitalino para hacer unos jardines. Manuel Armas señaló que el año que viene va a trabajar esta falta de espacio para que San Juan siga teniendo su hoguera en la víspera de su santo y patrón de Las Palmas de Gran Canaria . Su reto será volver a alcanzar una superficie de más de 30 metros cuadrados para exhibir las hogueras más famosas de la ciudad.

Pero estas fumatas con las que se conmemora la histórica fundación del Real de Las Palmas también se visionaron en otras laderas del municipio capitalino como Tamaraceite, Almatriche, Tenoya, Los Giles y Las Torres. En poco más de 20 minutos ardió el trabajo de horas, e incluso de días, Las hogueras de San Juan se convirtieron en un recuerdo más de un noche mágica más, de buenos deseos y de compartir con los vecinos. Con el paso de los años, las fogatas se han convertido en una tradición residual que se mantiene en las lomas populares que resisten en la ciudad.