Abrumada por la responsabilidad, pero con el ánimo de una mujer que sabe lo que es luchar, afrontó ayer Marisa Herrera la tarea de hablar en nombre de los premiados en el acto de Honores y Distinciones de las Fiestas Fundacionales de la ciudad. Tras los agradecimientos, la presidenta de la Asociación Canaria de Cáncer de Mama y Ginecológico, que recibió una Medalla de Oro, confesó que, "en tiempos como los actuales, difíciles para las economías, y en los que es fácil caer en el desánimo se torna fundamental este tipo de reconocimientos que estimulan tanto el trabajo individual como el que se realiza en equipo".

Herrera señaló que el legado de los que fueron distinguidos con anterioridad ha engrandecido aún más "esta bella ciudad" de Las Palmas de Gran Canaria. "Estos premios refuerzan aún más si cabe el compromiso de entrega y de continuidad de nuestro trabajo, cuya finalidad es la de fortalecer nuestros pilares como ciudad unida y en continuo progreso", agregó.

La flamante Medalla de Oro no quiso olvidar "a todas esas personas que con su trabajo respaldan a los premiados en la consecución de las iniciativas y proyectos", e hizo una especial mención a los voluntarios de su asociación. "Agradecemos enormemente al voluntariado su esfuerzo permanente y desinteresado, que facilita la labor al extraordinario equipo técnico y humano de profesionales con que cuenta esta asociación, a los expertos de la medicina y de la investigación, así como el apoyo constante del Ayuntamiento y el Cabildo Insular".

La representante de los homenajeados continuó su discurso con un llamamiento a la solidaridad y al trabajo en equipo. "A la sociedad canaria, que siga siendo solidaria, porque, en estos momentos tan especiales, más que nunca es necesaria la colaboración y el apoyo mutuo", añadió Herrera. "Desde el respeto que suponen las atribuciones que nos han sido conferidas por este Ayuntamiento, tengan la completa seguridad de que seguiremos trabajando con el mismo rigor, seriedad, entusiasmo, compromiso y perseverancia; para estar a la altura de la confianza depositada en nuestra labor, porque el secreto de la vida no está en hacer lo que nos guste, sino hacer que nos guste lo que tenemos que hacer, y ese es nuestro lema a utilizar en el día a día".

Marisa Herrera no pudo evitar referirse en su exposición a su querida Asociación, que ha sido el sostén emocional y asistencial de tantas y tantas familias en estos años. "No quiero dejar de hacer una especial dedicatoria a todas esas mujeres y hombres que lucharon hasta su último aliento contra la enfermedad, y que desgraciadamente se quedaron en el camino, y a todos la que diariamente con valentía y esperanza amanecen plantándole cara al cáncer".

Y tampoco se olvidó de quienes han hecho posible que la Asociación Canaria del Cáncer de Mama haya salido adelante. "Agradecer desde el fondo de nuestros corazones a nuestras familias los valores humanos y morales que desde nuestra más tierna infancia nos inculcaron: rectitud, perseverancia, disciplina, solidaridad, lealtad y sentido de la justicia. Sin ellos, nunca hubiésemos sido capaces de tomar las riendas de esta organización, de la que todos sus componentes estamos tan orgullosos", indicó y extendió estos valores al resto de los reconocidos.

El ejemplo para las generaciones que llegan fue otro punto del discurso. "Quiero desear al Ayuntamiento que, tal y como está haciendo en otras áreas, avance solidariamente, ofertando valores a imitar por los jóvenes que han de recibir el legado que nosotros hoy les dejamos".

Para conseguirlo, Marisa Herrera dio la receta que nunca falla: "La educación de nuestra población, de nuestra sociedad y de nuestros jóvenes es fundamental para construir el futuro".