Hace 32 veranos, durante el transcurso de una de las manifestaciones más tensas que hayan protagonizado los trabajadores portuarios, murió la hija de un estibador del Puerto de La Luz. El fatídico accidente marcó un antes y un después de los trabajadores portuarios. Como cada año los estibadores del Puerto de La Luz y de Las Palmas conmemoran el aniversario del fallecimiento de Belén María Sánchez. "Esta fecha está marcada en los calendarios de los estibadores", declaró Miguel Rodríguez, coordinador del gremio.

Aquellos que participaron en la revuelta recuerdan esa época de lucha. Eran tiempos de protestas y cambios, los trabajadores portuarios pelearon contra la crisis y por sus puestos de trabajo. Pero hasta el más radical reconoce que no hacía falta sangre inocente para llegar a un acuerdo. Los estibadores necesitaban asegurar sus puestos, pero estos no contaban con el apoyo necesario de las empresas.

Con 16 años, Belén María acudió a la plaza de Manuel Becerra con sus padres para defender su sustento y reivindicar su derecho a la huelga. Su padre, junto a los manifestantes, luchaba contra la privatización de los puertos y por las garantías de los puestos de trabajo. Las trifulcas y enfrentamientos entre la policía, los esquiroles y los estibadores eran intensas y cada vez más insostenibles, hasta que al final se acabó accidentalmente con la vida de la joven.

La muerte de Belén María cambió la suerte del Puerto para siempre. Las manifestaciones que siguieron y el entierro de la niña fueron una muestra de dolor ciudadano que unió a Canarias. Todos los puertos del país convocaron un paro general en señal de luto. Pasaron dos años hasta que la situación culminó con la creación de un acuerdo marco, que iniciaba la primera etapa de cierta regularización del sector.

Como cada año, este colectivo organizó este fin de semana una serie de actos que culminó el sábado con la III Regata de Vela Latina Belén María y la III Travesía de Natación. Hoy, a las 10.30 horas, en la antigua sede de Sestiba, se celebrará la ya tradicional misa en memoria de Belén María, que irá seguida de una ofrenda floral y una suelta de palomas en la plaza que lleva su nombre.

Tras más de tres décadas desde que sucedió la manifestación de julio del 80, Belén María es recordada cada año, como símbolo de la unión y la solidaridad con la que un grupo de trabajadores lucharon por su supervivencia.