Casi nadie recuerda ya los más que humildes orígenes del Samoa, el clásico restaurante de la calle Valencia, en Alcaravaneras, que congrega a partes iguales a los entusiastas de sus churros de pescados como a los aficionados al fútbol que toman allí el aperitivo. Hoy el Samoa está de luto porque su creador, Manuel Padrón Morales, Manolito, el que levantó un restaurante con clase de una tienda de chochos y pejines, murió el pasado miércoles a los 96 años.

El Samoa es uno de eso locales de referencia en la ciudad, punto de encuentro de propios y extraños atraídos por la fama de su cocina. Famosos son, por ejemplo, sus churros de pescado, su ensaladilla o su cordon blue, platos que han entusiasmado a numerosos paladares desde mediados de los años 70, cuando el Samoa se convirtió en un restaurante de referencia.

Antes de figurar en la lista de los locales con clase de esta ciudad, el Samoa fue una modesta casa de comidas para los obreros del cercano Mercado Central y antes, una tienda de aceite y vinagre. "Empezamos a vender pejines, carajacas, berros, manises y ron, mucho ron", recordaba hace unos años Manolito a LA PROVINCIA/DLP cuando hablaba del primer local, abierto donde mismo está hoy en 1957. Aquel primigenio establecimiento se amplió con el tiempo hasta ocupar la esquina que hoy conocen la mayoría de los aficionados a la buena comida de esta ciudad.

Su esposa, Francisca Falcón, y sus hijos Francisca, Manuel, María del Pino y María del Carmen también colaboraron de una u otra manera en el crecimiento y consolidación del restaurante. "Este siempre fue un negocio familiar", se enorgullecía Manolito en aquella entrevista concedida a este rotativo.

Entre los que echarán de menos la presencia y la conversación de manolito se cuentan a decenas de seguidores de la UD Las Palmas. No en vano, el Samoa se encuentra a un par de manzanas del Estadio Insular y antes o después de los partidos de la UD se concentraba allí un amplío número de parroquianos que discutían sobre aquella jugada de Morete, aquella parada de Carnevali o el gol del Turu Flores en el último minuto. La hija de Manolito, Carmensa, recordaba en 2008 cómo su padre daba la orden de que el cocinero y los camareros estuviesen al tanto por la radio de los partidos de la UD. "Si Las Palmas ganaba la orden era hacer dos paellas porque la gente saldría contenta del Estadio y pararía en el Samoa, y tenía razón".

Manuel Padrón Moreno, nacido en Guía en 1916, fue enterrado ayer en el cementerio de San Lázaro acompañado por su viuda, sus hijos, nieto y una gran número de amigos y conocidos. Aunque llevaba retirado del negocio activo hace años, Manolito seguía echando un vistazo al Samoa siempre que podía. A partir de hoy serán sus hijos quienes mantengan su llama.