Sesenta euros de multa por descalificar y caricaturizar a dos cargos del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. Esa es la pena que el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital ha impuesto a José Alfaro Castillo, más conocido como Pepín, un jubilado que trabajó de celador y que el pasado octubre empapeló varias dependencias del hospital con las fotos de sus antiguos jefes, además de acompañarlas de expresiones como "caciques" e "impresentables", entre otras.

La sentencia condena a José Alfaro como autor de una falta de injurias y le impone la obligación de pagar una multa de 20 días a razón de tres euros diarios. El magistrado Tomás Martín considera que el "propósito" del jubilado "no era otro que menoscabar la dignidad de las personas a las que hacía referencia", según el fallo judicial.

El juez, por tanto, aprecia animus injuriandi, esto es, "voluntad de atentar y menoscabar el honor" de Felisa Rodríguez y Carmelo Santana, dos de las tres personas que finalmente denunciaron los hechos al verse en los carteles.

El fallo judicial, que es recurrible en apelación ante la Audiencia Provincial de Las Palmas, rechaza que las frases de Alfaro estén amparadas por el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, pues el expresidente de la Junta de Personal del Servicio Canario de Salud "no se limita a dar su parecer sobre aspectos relevantes en el ámbito laboral o acciones favorables a sus intereses y no ejecutadas", sino que su "propósito es claramente menoscabar el honor" de las personas aludidas y, de forma "indirecta", dar información de una situación de conflictividad laboral.

Esos "panfletos" fueron redactados por el propio Pepín, tal y como el acusado reconoció en el juicio inmediato de faltas que se celebró en el Juzgado de Instrucción número 3 antes del verano. La sentencia considera probado que cada cartel estaba ilustrado con la foto de los denunciantes, e iban acompañados de expresiones como "caciques"; "confiscaron por la fuerza la junta de personal"; "bajo el golpe de estado a los derechos fundamentales derogan los acuerdos de la junta de personal"; "impresentables, aplican los métodos de Al Capone"; "se toman las resoluciones de las autoridades al cachondeo" y "acceden a documentos confidenciales sin consentimiento legal".

En el juicio, que se celebró el pasado 20 de junio, también salieron a relucir otras calificaciones del tipo "virreyes" o "disminuidos mentales", así como la caricatura de un gremlin. Pepín defendió en la vista oral que no se empapeló el Doctor Negrín con los panfletos, sino que sólo los colocó en cuatro plantas y en lugares por los que, en principio, sólo puede circular el personal del centro hospitalario.

Sin embargo, dos de los afectados, el director de Recursos Humanos, Carmelo Santana, y la directora de Gestión, Felisa Rodríguez, se sintieron ofendidos en su dignidad porque los carteles cubrían las paredes del hospital y cualquier familiar podía verlos si acudía al recinto. La tercera persona reflejada, el director gerente del centro, José Miguel Hernández, no presentó denuncia al no darle la misma importancia que sus compañeros.

El acusado alegó en el juicio que su intención no era meterse con nadie porque de hecho, declaró, no le tiene animadversión a ninguno de los denunciantes. Sólo quería que los empleados conociesen lo que había pasado con el local de la Junta de Personal del Área de Salud de Gran Canaria.

El jubilado, que es miembro de la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública Canaria, afirmó que el enfrentamiento se inició el pasado 23 de septiembre, cuando Santana cerró y cambió la cerradura del local de la Junta de Personal.

Santana sostiene que Pepín ya estaba jubilado cuando cambió la cerradura, y que lo hizo a petición de los miembros de la Junta de Personal, no por gusto o por capricho, al tiempo que éste le reprochó que no tenía competencias para clausurar el local.

Los denunciantes reclamaban una multa de 200 euros, pero el juez, atendiendo a la situación economía del jubilado, le ha impuesto una sanción de 60 euros.