La Audiencia Nacional detuvo ayer la extradición de Minerva M., la grancanaria de 26 años que huyó de Múnich (Alemania) ante los presuntos maltratos que vivía a manos de su esposo, Nicky L. y que fue denunciada por éste por el presunto secuestro del menor en cuanto abandonó el país germano el pasado mes de julio.

La historia que vive Minerva M. y su familia no hace más que complicarse a cada paso que avanza. Si anteayer, las esperanzas de la familia se encontraban por los suelos después de que Minerva fuese detenida por la Policía Nacional para ser extraditada a Alemania, ayer dieron un vuelco cuando la Audiencia Nacional decidió ponerla en libertad condicional durante 60 días para examinar su caso con cuidado.

Según la hermana mayor de Minerva, Teresa (36 años), que lleva varios días luchando por recuperarla de las manos de la justicia, el Tribunal descubrió "ciertas lagunas en las denuncias por sustracción internacional de menores" que interpuso Nicky contra su mujer.

Según precisaron fuentes judiciales, "si el padre supo en todo momento donde estaba la madre con el niño, no se trataría de un secuestro dentro del ordenamiento jurídico español".

La noticia de que no fuese extraditada y se le permitiese volver a Gran Canaria se unió, además, a los movimientos que la familia, asesorada por su nuevo abogado, José Domingo Guerra, realizó ante el juzgado que se encontraba en funciones de guardia el jueves.

La primera solicitud fue la de habeas corpus, que fue aceptada por la juez María Victoria Rosell y, según afirmó Teresa, "le permitió a Minerva ir a casa a ducharse y cambiarse de ropa para acudir a Madrid a la vista de la extradición".

Tras lograr la libertad de Minerva, presentaron de madrugada una nueva denuncia por malos tratos con la inclusión de una medida cautelar urgente que le prohibiese a Nicky sacar del país al menor.

En esta nueva denuncia, no solo se reflejaban los supuestos maltratos ocurridos en Alemania, sino también otros presuntamente sucedidos en Gran Canaria años antes para que no pudiese ser archivada por incompetencia del juzgador, como ocurrió en verano cuando el Juzgado de Violencia de la Mujer Número 1 de Las Palmas de Gran Canaria declaró que Minerva tenía que haber denunciado su caso en Alemania.

Ante la posibilidad de que el padre del menor abandonase el país y la urgencia de la situación, la juez pidió la localización de Nicky, que compadeció de madrugada para defenderse de la acusación de maltrato. Según fuentes cercanas al caso, la magistrada le retiró el pasaporte a Nicky para que no pudiese irse de Gran Canaria y le citó el martes de nuevo en el juzgado.

Para estos días, la juez ha solicitado la búsqueda de nueva documentación así como la visita de un traductor para leer la orden de extradición y decidir si imputa o no a Nicky por maltrato y qué ocurre con la custodia del menor, explicó la hermana de Minerva.

El pequeño de cuatro años, tras ser entregado al padre el miércoles en la Jefatura Superior de Policía de Canarias, día en que Minerva también fue detenida, permanece ahora en casa de los abuelos paternos ya que Nicky, pese a tener pasaporte alemán, es un joven que creció en Gran Canaria, lugar donde sus padres tienen su hogar.

En caso de que la juez impute a Nicky por maltrato el martes, el caso se repartirá entre uno de los juzgados de violencia contra la mujer de la capital y, mientras tanto, la Audiencia Nacional seguirá investigando por su lado para aceptar o no su extradición.

Ignorancia judicial

Los problemas judiciales que vive Minerva comenzaron cuando fue aconsejada en Alemania que volviese a Gran Canaria a denunciar los malos tratos. Los juzgados españoles no son competentes para juzgar un delito cometido en otro país y, "al no denunciar también los malos tratos que sufrió en Gran Canaria se metió en un lío", comentaron fuentes judiciales.

Sin embargo, "el padre podría haber cometido un fraude si se demuestra que exageró a la hora de presentar la denuncia", aseguraron.

Una cosa que siempre ha defendido Minerva es que ella, nada más escapar de Alemania con un salvoconducto del consulado español, "avisó a su marido de que se había llevado el niño a Gran Canaria con sus abuelos maternos", destacó su hermana. Eso eliminaría la existencia del secuestro.