Cinco ONG expresaron ayer su preocupación por el aumento de la prostitución en la capital grancanaria y el resto del Archipiélago, debido a la crisis económica, que está abocando a mucha mujeres a prostituirse para sacar adelante a sus familias. La crisis está provocando, incluso, que muchas féminas que habían abandonado el mundo de la prostitución hayan vuelto de nuevo, tras perder sus trabajos.

El colectivo En red.contigo está compuesto por cinco organizaciones que trabajan con las prostitutas (Cáritas, Médicos del Mundo, Oblatas, Villa Teresita y Gamá), que se han unido para ofrecer una atención de carácter integral a estas mujeres. Cristina Toca, representante de Oblatas, explicó ayer durante la presentación que el objetivo es "mejorar las condiciones de vida de estas personas y denunciar el estigma y la invisibilidad de la que son objeto, lo que les impide acceder a los derechos más básicos". Toca criticó que las administraciones sólo actúan desde el punto de vista del orden público y no para proteger a las profesionales del sexo.

El colectivo rechazó la reciente instalación de videocámaras en la calle Molino de Viento y la aprobación de ordenanzas como la de Barcelona que penalizan la prostitución callejera. A juicio de Toca, "las cámaras se han instalado supuestamente para controlar la inseguridad ciudadana, en una de las zonas de la ciudad donde menos denuncias hay". Añadió que la colocación de las videocámaras lo único que provoca es la expulsión de las prostitutas fuera del ámbito urbano y agrava su situación de desprotección y vulnerabilidad.

"Se trata de medidas estéticas y de maquillaje, que hacen que las mujeres vayan a zonas cada vez más escondidas", dijo. Otro de los objetivos del colectivo es garantizar la atención sanitaria de las prostitutas extranjeras, en el caso de que se las nieguen en la red de salud. Y otro de los fines es establecer un protocolo con la Fiscalía para luchar contra la trata de las mujeres para ser explotadas sexualmente.