Los okupas del edificio Guanapay, en el barrio de Guanarteme, continuaban ayer adecentando el inmueble, una antigua residencia hotelera entre las calles Secretario Padilla y Pelayo, abandonada hace más de diez años. Uno de los ocupantes indicó que no dejarán pasar a los medios de comunicación ni a a nadie al edificio hasta que éste esté completamente limpio, ya que podría haber productos tóxicos, porque no han encontrado ningún ratón o cucaracha vivos, sino sólo palomas muertas.

El joven, de origen extranjero, señaló que el dueño del inmueble no se había puesto en contacto con ellos e insistió en que la ocupación del edificio tiene como objetivo su habitabilidad para las familias desahuciadas por no poder pagar la hipoteca, además de convertirlo en un centro cívico para el barrio de Guanarteme.

El medio centenar de jóvenes que ocupó el pasado lunes el edificio tiene tapiada la entrada principal del edificio -la que da a la calle Secretario Padilla- con tablones de madera y, de momento, han ocupado la planta baja del inmueble. Desde la calle se podía ver algún colchón, somier y cajas de pan.

Ningún vecino de los alrededores supo decir a quién pertenece el inmueble, en el que todavía se observan las cortinas de color verde que en su momento debieron tener los apartamentos, y algún mueble de cocina en alguna de sus cinco plantas.

El edificio, al lado mismo del Consulado General del Reino de Marruecos, mantiene también las ventanas y puertas intactas, así como las cristaleras.

Un vecino apuntó que el inmueble pertenecía a varios propietarios cuando se construyó en los años setenta, en la época en que el barrio de Guanarteme estaba lleno de apartamentos y de hoteles, producto del boom turístico. Y que los socios incluso llegaron a gestionar varios inmuebles de apartamentos en la zona.

Las sábanas colgadas sobre los balcones con el lema Vivienda digna para todos y Centro Social El Palomar llamaban la atención ayer de transeúntes y vecinos del barrio, aunque ninguno hacia ningún comentario en contra.

Se da la circunstancia de que en estos últimos meses el barrio experimenta un lavado de cara municipal con el ensanchamiento de aceras en la calle Portugal, el adecentamiento del parque Pino Apolinario y una limpieza de choque contra la publicidad y las pintadas en muros de viviendas en las calles adyacentes.