El Cabildo de Gran Canaria y la empresa FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) firmaron ayer un convenio para emprender un plan de diagnóstico del estado de salud de las 40.000 palmeras canarias de Las Palmas de Gran Canaria. La intención es dar caza a la Diocalandra Frumenti, conocida como picudín, una especie que es familia del picudo rojo y que apareció por primera vez en la Isla en Maspalomas, en 1998. Su presencia provoca la entrada de un hongo que enferma el ejemplar hasta que muere.

"El convenio pretende estudiar el estado sanitario de los distintos ejemplares, empezando por los más altos y los que están en zonas estratégicas, es decir, donde existe más afluencia de gente", explicó Purificación Benito, técnica del Laboratorio de Fitopatología del Cabildo.

"En un primer momento, se trata de detectar la sintomatología y de ver cómo evoluciona la palmera. Una vez que esté hecho este estudio, se tomarán medidas", agregó la científica. Pero, ¿cómo se acaba con esta plaga? "Hasta el momento no hay un tratamiento fitosanitario que sea efectivo. Los productos permitidos no funcionan y, además, los ejemplares suelen estar en zonas de tránsito de personas, por lo que hay que tener extremo cuidado", añadió Benito.

La única manera de combatir a este numantino bicho de seis milímetros, es la prevención. "Por ejemplo, cuando se cortan las ramas, no se debe dejar la herida fresca, hay que sellarla porque a ellos les atrae la savia como la sangre a los tiburones", agregó la experta, que está convencida de que estas medidas se están tomando en la ciudad, "porque es la normativa del Gobierno de Canarias, a raíz de la plaga de picudo rojo".

Hasta que no se obtengan los resultados de esta iniciativa, no se podrá saber cuántas palmeras canarias están afectadas, pero sí hay cifras para la zona sur de la Isla, donde la plaga enferma al 70% de la población censada, según Purificación Benito.

En cuanto a la manera de detectar al animal, "es relativamente fácil porque, por desgracia, se manifiesta. Las hojas basales se tronchan, quedan colgadas sin terminar de caerse y cuando miras la base de la hoja, se pueden ver orificios muy esféricos".

Para llevar a cabo el plan, se va a seguir una estrategia por distritos. Los empleados de FCC tomarán las muestras y serán analizadas en el Laboratorio del Cabildo. El convenio, en el que también colabora el Ayuntamiento capitalino, prevé, por parte de la empresa, además de la información de campo, "la contratación del personal y la adquisición de la maquinaria y productos necesarios para combatir las plagas y enfermedades detectadas", según un comunicado del Cabildo, que aporta sus instalaciones de la Granja Agrícola Experimental y el personal técnico cualificado de su Servicio de Laboratorio Fitopatológico, para dirigir los trabajos.

El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Miguel Álamo, quiso agradecer la diligencia de Fomento de Construcciones y Contratas, para poder cerrar el acuerdo, ya que, "la palmera canaria es un símbolo natural del Archipiélago, especialmente de Gran Canaria, así como patrimonio natural, paisajístico y cultural de gran importancia económica".