El presidente de honor de la Fundación Mutua Guanarteme, Julio Caubín Hernández, pregonero de la Semana Santa, reflexionó ayer en la Catedral sobre el significado de cada día de la Pascua como un peregrino en búsqueda de las cosas que verdaderamente importan en la vida: la caridad, la compasión, el amor a los pobres; en definitiva los valores humanos trasmitidos por Jesús a los cristianos. "No debemos juzgar por las apariencias. Se puede esquiar en Sierra Nevada o Andorra, estar en la playa o navegar durante este tiempo de Pascua, y realizar actos de presencia en Dios que pueden ser, incluso perfectos", dijo nada más comenzar su alocución en clara referencia a que la santidad no reside solo en las manifestaciones religiosas públicas o privadas, sino en el quehacer diario con los demás.

Caubín, que citó durante su pregón a varios santos y personajes de la Biblia como San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, terminó su pregón aludiendo a Teresa de Calcuta: "Si Judas hubiese mirado a Jesús a los ojos no hubiera cometido el delito de traición".

El pregonero, natural de Arucas (1931), licenciado en Derecho y técnico en Economía Bancaria comenzó a trabajar en 1959 en la Gerencia Mutua Guanarteme, dedicada a seguros para accidentes laborales. Posteriormente, constituyó la Central Canaria de Crédito, la Central Tinerfeña de Crédito y Créditos Canarios de la que en 1988 surgió la Sociedad Mapfre Guanarteme.

El consiliario Policarpo Delgado, que presentó al pregonero ante más de un centenar de personas; entre las que se encontraba el obispo de Canarias, Francisco Cases; la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, y el alcalde de la ciudad, Juan José Cardona, señaló que la Unión de Hermandades, Cofradías y Patronazgos de Gran Canaria le había elegido no solo por su curriculum profesional, sino porque es "un creyente, un laico cristiano vinculado a la Iglesia desde hace muchos años y porque tiene una vena orante".

El viaje espiritual de Caubín le llevó desde Triana y Vegueta a Teror pasando por varios países de América Latina como Uruguay, San Salvador, Cuba y Colombia, donde recordó cómo habían comenzado las devociones marianas, mientras hacía algunas solicitudes por la desaparición de la violencia, la construcción de un mundo mejor y para que los enfermos, desempleados y pobres "superen estos momentos difíciles de manera pacífica, solidaria y respetuosa con los derechos humanos".

También pidió para que escuche las peticiones de los peregrinos cubanos "para que encuentren un camino de verdadera justicia que ofrezca un futuro digno a sus jóvenes".