Los estudiantes del IES Cairasco de Figueroa surfeaban ayer en el pasillo de entrada con una tabla de madera y una bombona de plástico de pequeñas dimensiones. No en vano es uno de los centros pioneros en España en fomentar este deporte en las aulas, un proyecto pedagógico que en el 2011 les llevó a recibir un premio de la propia Federación España de Surf. La actividad congregó a su alrededor a numerosos chicos pero no fue la única ya que el centro celebró sus 40 años de vida con múltiples talleres, exposiciones y actuaciones. No faltaron los ex alumnos, ex profesores y, por supuesto, los discursos. En los que se homenajeó "la labor silenciosa de todo el profesorado" para sacar al instituto público y a sus alumnos adelante.

La primera en llevarse una sorpresa fue Leonor Díaz Casanova, la profesora más veterana del instituto y responsable del departamento de Matemáticas, a la que se le entregó un obsequio en representación de todos los maestros que han pasado por el centro, abierto a principios de los 70 para atender la demanda educativa de la ciudad.

Pero el encargado de contar la historia del instituto, hoy centro de Educación Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional en la rama de Administración, fue Diego Casas Ripoll, exdirector del instituto de 1983 a 1987 y en el curso 95/96, en un salón de actos a medio gas ya que la mayoría de los alumnos de hoy se divertían en alguna de las actividades programadas. Casas contó que el centro estaba pensado en un principio para La Isleta pero que tuvieron una serie de "condiciones favorables" que hicieron que se construyera en Tamaraceite. Primero, que el Ayuntamiento de aquella época no dispusiera de suelo en el Puerto para construir un centro. En segundo lugar, que Tamaraceite tuviera un "déficit importante de infraestructura". Tercero, que hubiera recursos económicos y, cuarto, la suerte de que se donara una finca de dos hectáreas para fines educativos en el distrito.

En 1972 se abre el Instituto Nacional de Bachillerato Mixto de Tamaraceite y en 1975 comparte centro con la Escuela de Arquitectura hasta finales de los 80 por lo que, durante muchos años se conoció al centro por la institución universitaria. "Nos pagaban el agua, la luz; que era un enorme gasto porque había lámparas incandescentes y turno de mañana y tarde en donde tuvimos a cerca de 900 alumnos", recuerda.

En 1988 se van los arquitectos pero el centro comparte de nuevo espacio con una extensión de Formación Profesional del instituto de Mesa y López. En el curso 1994/95 los dos centros de fusionarían dando lugar al actual instituto que lleva el nombre del poeta, dramaturgo y músico Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610), padre de la literatura canaria.

Casas apuntó que al centro "llegaban los docentes llorando, pero se iban también llorando", en clara referencia al buen ambiente que se vivía entre sus paredes a pesar de ser un centro del extrarradio de la ciudad con un entorno social con grandes problemas. "Todos los problemas se quedaban fuera y, en algunas materias, los alumnos de Bachillerato eran excelentes. Era un caché decir que venías del Cairasco. Después, con la obligatoria vino de todo".

Actualmente, el centro cuenta con más de 800 alumnos y al mando de este enjambre está desde el 2010 Cristina Blanco. Ella fue quien reconoció públicamente el trabajo "silencioso" de todo el profesorado que ha pasado por el instituto a lo largo de estos años y también de la plantilla actual "más si cabe en las circunstancias en las que estamos".

Una reivindicación en toda regla del esfuerzo que han realizado y realizan actualmente los docentes para impulsar la educación y promover los valores humanos, tal como reconoció también la vicerrectora de Cultura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Isabel Pascua Febles, una de las invitadas a la celebración junto a la concejala del distrito, Carmen Guerra; que curiosamente fue presidenta de la AMPA; la inspectora de zona, Dolores López, y otros exdirectores y exprofesores.

El instituto, que pertenece a la Red de escuelas que fomentan la Educación Ambiental, continúa con el proyecto galardonado de surf y otro en el que los chicos aprenden a manejar una radio.

El instituto celebra 40 años, pero no se escapa de los problemas actuales de la escuela pública. Entre ellos, la escasez de recursos. "Los docentes tenemos una gran carga porque nos han aumentado las horas de permanencia y cubrimos las bajas de los compañeros; no podemos enfermar y este barrio sigue siendo problemático porque la realidad lo es", dice Juani Sosa, docente del centro. La vicepresidenta de la AMPA, Pilar Piñero, corrobora sus palabras, mientras anima a los padres a que traigan a sus hijos al centro porque, a pesar de todo, el profesorado "se implica mucho con ellos".