La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a dos proxenetas del Kimbanda hasta cuatro años de cárcel por tráfico de mujeres latinoamericanas. La sentencia, cuyo ponente es el magistrado Ignacio Marrero, llega un año y tres meses después de celebrarse el juicio contra la dueña del club, Margarita Victoria Domínguez; la encargada del prostíbulo, Carmen Stela Ramos y Francisco J. Suárez, Jonathan D. Santana y Roberto C. Reboso, por introducir de manera ilegal en el país mujeres brasileñas, argentinas y colombianas que debían prostituirse en el club.

Domínguez y Ramos han sido condenadas a cuatro y dos años de prisión respectivamente mientras que los otros tres acusados han sido absueltos, algunos de ellos representados por abogados del turno de oficio.

El fallo de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas considera probado que el club Kimbanda, ubicado hasta su cierre en la calle Tomás Miller, se nutrió entre 2004 y 2005 de brasileñas, colombianas y argentinas que en sus países se encontraban en una situación precaria. A través de intermediarios les ofrecían viajar a Gran Canaria para prostituirse.

El coste que las chicas debían abonar por el traslado oscilaba entre los 4.000 y 46.000 euros y debían pagarlo mediante el ejercicio de la prostitución. El fallo recuerda que las mujeres estaban explotadas: "Hasta que no saldaran esa deuda no podían salir del club más que una hora al día, teniendo que estar las 24 horas del día disponibles para los clientes. Asimismo, para controlar a las chicas se habían instalado cámaras en el club, teniendo que solicitar permiso cada vez que quisieran salir del mismo". Stella, como encargada del club, además de ayudar en las labores de captación, les explicaba a las chicas las reglas y las vigilaba.