El parque San Telmo acogió ayer la celebración en la capital grancanaria del Día de las Fuerzas Armadas con una ceremonia castrense para rendir homenaje a todos los militares que "han dado su vida por España", según el relator del acto que hizo las veces de maestro de ceremonias y dio entrada a las diferentes unidades del Ejército participantes.

La ceremonia estuvo presidida por el general jefe del Mando Aéreo de Canarias, Javier Salto Martínez-Avial, así como por el comandante del Mando Naval de Canarias, Gregorio Bueno Murga, y por el general jefe brigada de Infantería Ligera de Canarias, Alfonso García-Vaquero Pradal. El acto principal, que duró apenas media hora, comenzó poco antes de las 20.00 horas con el Solemne Arriado de la Bandera y terminó con el homenaje a los Caídos.

Se trata de la enseña nacional que ha ondeado durante todo el año en el Palacio Militar de San Telmo, una bandera que en esta ocasión ha sido cedida a Cáritas Diocesana de Las Palmas por la "importante labor social" realizada en la provincia. Su presidente, Pedro Herranz, mostró satisfacción por el reconocimiento, aunque fue el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, quien profundizó un poco más en ese detalle simbólico. "Las Fuerzas Armadas han hecho mucho por todos nosotros y es muy de agradecer que se acuerden de Cáritas en estos tiempos de dificultades", subrayó el prelado al término del acto. Antes departió largo y tendido con el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, y la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento. Otros políticos del Partido Popular (PP) que estuvieron en primera línea fueron el vicepresidente del Cabildo, Carlos Sánchez, la senadora Pepa Luzardo y la diputada Águeda Montelongo. También asistieron el fiscal superior de Canarias, Vicente Garrido, así como el jefe de la Policía de Canarias, Valentín Solano San Miguel.

Pero el paseíllo de las autoridades llegó al final de la ceremonia, cuando ya se disipaba el ambiente marcial que tomó temporalmente León y Castillo en su tramo inicial. Minutos antes, para silenciar el murmullo del público y algún que otro eco antibelicista, el relator de la ceremonia puso las cosas claras. "La bandera de España merece el máximo respeto y veneración. Les ruego a todos los presentes que la reciban en pie", espetó el locutor.

Luego bajaron la enseña nacional, se la entregaron al presidente de Cáritas y comenzó el homenaje en sentido estricto a los fallecidos. El instante más emotivo se produjo cuando la banda de música entonó La muerte no es el final, el himno a los soldados muertos en acto de servicio. En ese acto participó la unidad de honor, que estaba integrada por cinco representantes de las unidades participantes: el Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Todos cruzaron sus estandartes mientras sonaba la música y depositaban una corona de flores en el monumento a los caídos que se instaló para la ocasión.

"En El Aaiún cayeron muchos, entre ellos mi hermano", gritó Manuel Cedrés Pérez, un vecino de la zona superado por las circunstancias y por los recuerdos de ejércitos pasados. En ese momento desfilaban por León y Castillo más de cien militares. "La ceremonia ha sido extraordinaria. Me ha gustado la bajada de bandera y la marcialidad con la que el general de división pasó revista a las tropas", subrayó Luis P. O., que es militar retirado y prefiere dejar sus apellidos en el anonimato para no avivar las viejas heridas de la Guerra Civil.

Tras la marcha castrense, un concierto cerró la celebración en San Telmo pasadas las nueve de la noche, con canciones militares y populares que fueron interpretadas por la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias y por la Banda de Guerra número 1 de la Brigada de Infantería Ligera Canarias número 16.

Entre el público de esa actuación, además de soldados y familiares, estaban Samuel González Sánchez y Guillermo León Dávila, dos jóvenes de 18 años que se desplazaron desde Ingenio hasta la capital grancanaria para recabar información sobre las Fuerzas Armadas. El primero quiere entrar precisamente en la banda de música porque tiene amigos en ella; el segundo sueña con sacar la nota adecuada para enrolarse en el Ejército del Aire.

Los dos se pasaron la tarde de ayer entre unidades caninas, tanques, fusiles y demás equipos que usa la Guardia Civil para el "control de masas", unas pelotas de goma y botes de humo que afortunadamente se pasaron todo el día guardadas en cajas.