La silueta del Noble Globetrotter II apareció ayer en el paisaje portuario a primera hora de la mañana. El moderno barco perforador de la compañía Noble fondeó a unas tres millas de La Luz, sin entrar en los muelles. El buque, recién estrenado, inició así una larga estancia de aproximadamente un mes en aguas próximas a la capital grancanaria, para que sus nuevos tripulantes puedan familiarizarse con los avanzados equipos que se manejan a bordo. Luego partirá rumbo al Golfo de Guinea para sus primeras encomiendas: prestar servicio a la compañía multinacional Shell.

Hasta cerca del mediodía los tripulantes fueron entrando desde tierra al buque en embarcaciones menores. Éstos llegaron a la Isla previamente en avión, seleccionados por Noble Drilling Corp. Tendrán un intenso trabajo en las próximas semanas: conocer al detalle la dotación instalada en Rotterdam, y hacerse con el manejo de elementos como el sofisticado mástil perforador diseñado para una extracción de crudo más precisa y eficiente. El Noble Globetrotter II no realizará perforaciones, obviamente, en aguas canarias, pero sus operarios harán el equivalente a un curso avanzado sobre cómo trabajar a bordo.

El barco fue acabado este mismo año en Dalian, China (en los astilleros coreanos STX), y equipado en Holanda, pertenece a la clase de buques 12000 HuisDrill, en la que también se incluye su gemelo, el Noble Globetrotter I. La subcontrata Huisman ha sido la encargada de asumir el contrato de diseño y construcción, según los datos que difunde la propia compañía.

Tal como se ha concebido, el perforador permite operar al mismo nivel y con las mismas prestaciones que las grandes plataformas, pero con un menor tamaño y el consiguiente ahorro en costes. También está dotado con un BOP (Blowout Preventor, prevención de fugas, en inglés), la válvula de seguridad que se instala en los buques petrolíferos de última generación, para evitar mermas y minimizar un posible daño ecológico.

Más espacio para tubos

El Noble Globetrotter II tiene otra peculiaridad: la sala de máquinas está justo debajo de la cabina de mando, por lo que se libera el espacio de popa para el almacenamiento de tuberías y otros equipos específicos de soporte a las tareas de extracción. Es, en definitiva, lo último en la industria de la explotación del crudo.

El buque está subcontratado por la Shell, con un compromiso de diez años para operar en el entorno del Golfo de Guinea, cuyo tráfico de petroleros y plataformas sigue creciendo. La Luz, de hecho, se ha beneficiado de ello con la llegada de esta flota para sus revisiones obligatorias y, en ocasiones, reparaciones de enjundia. Un dato añadido revela cuánto tiempo estará el barco en aguas del oeste de África: Shell International Exploration ha firmado un contrato de cinco años de duración con la compañía canadiense CHC para que sus helicópteros asistan las operaciones del Noble Globetrotter II en la zona. Los aparatos (de la clase Super Puma L2) asumirán el transporte de materiales específicos y eventuales traslados médicos que se puedan producir en el desarrollo de sus operaciones. El coste del acuerdo para la multinacional se cifra en millones de dólares, según los medios especializados.

Antes, los trabajadores del perforador estarán afinando sus habilidades con lo más moderno del mercado en la extracción de crudo, en aguas canarias. Entre 200 y 300 tripulantes que, en principio, pasarán todo el mes a bordo, hasta que, a comienzos de julio, el buque parta rumbo hacia el sur. Su presencia en el entorno del Puerto de la capital grancanaria confirma la capacidad de atracción del recinto y el crecimiento del tráfico de buques petrolíferos desde y hacia África. Las empresas locales de reparaciones navales y asistencia a esta flota permanece atenta y dispuesta para prestar servicio a unos clientes de rango internacional.