Expedito Suárez Suárez, presidente de la Asociación de Trabajadores de Licencias de Autotaxis de Canarias (Atlatc) y denunciante de los floteros pide a sus compañeros que tomen las riendas del sector y advierte: "Los enemigos los tenemos en casa".

¿Qué fue lo que le llevó a denunciar el fraude de los floteros del taxi?

La calidad del servicio del taxi, que ha bajado muchísimo y las injusticias laborales que sufren muchos compañeros, así como las barbaridades que se están cometiendo. La mala imagen que estamos dando está deteriorando el sector y no podemos seguir así.

Llama la atención que haya sido una autónomo el que ha denunciado, porque siempre habían mirado para otro lado, ¿no?

Siguen mirando para otro lado. Son pocos los trabajadores que han decidido dar el paso y muchos los que tienen miedo. Más de la mitad de la flota está ya en manos de personas que no están trabajando el taxi, con lo cual todos estos que están arrendados son parte implicada también porque tanta culpa tiene el flotero como el que arrienda la licencia. La otra mitad de la flota, hay un porcentaje alto que se va a jubilar también dentro de poco y está pensando más en arrendar que en otra cosa, con lo cual trabajadores autónomos cada vez quedamos menos.

¿Qué es lo que ha disparado los arrendamientos irregulares en los últimos años?

Fundamentalmente, se debe a que la ley regional del transporte de 2007 les da cobertura legal. Es un paraguas para los floteros. Además, el actual reglamento municipal nunca se ha aplicado, porque no ha habido un control serio, pese a que dice muy claro que sólo se puede dar una licencia por trabajador autónomo. Dice que no se puede arrendar ni ceder y tampoco se cumple. No es el reglamento el que falla, el problema está en la falta de aplicación del mismo.

Si la ordenanza impide arrendar, ¿cómo se ha llegado al extremo de que la mitad de las licencias estén en manos de floteros?

La ordenanza dice que toda licencia tiene que estar explotada por un autónomo y que cuando éste fallece, debe pasar a nombre de la viuda o herederos. Eso no se cumple. Han querido cambiar la ley para seguir tapando lo anterior y que todo el mundo quede limpio.

¿Porqué ningún alcalde de esta ciudad se ha atrevido a meterle mano a lo floteros?

Seguramente, porque desde el mismo sector no se ha atacado con la misma seriedad con la que lo estamos haciendo ahora. La denuncia contra los floteros la impulsaron los asalariados, con María Eugenia García Roca, porque fueron los primeros que sufrieron las precarias condiciones de trabajo. Lo que nos motivó a los autónomos a unirnos y empezar a luchar contra todo esto ha sido que sus representantes dijeran públicamente que desconocían la existencia de los floteros y eso es inadmisible. Una prueba de su existencia es el fraude tan grande que se demostró en la investigación de 2010, con las actuaciones de la Policía Local, pese a lo cual los expedientes de revocación de licencias se paralizaron. Eso les ha dado más fuerza, porque muchos dicen que con buenas cuñas, las denuncias no llegan a ningún lado. Se le ha dado más cancha a la corrupción. Desde el Ayuntamiento se deben investigar estas irregularidades, porque es el responsable máximo de los taxis.

El edil Ángel Sabroso dice que no puede demostrarlas.

Lo único que tiene que comprobar es si la ley se está cumpliendo y eso lo puede hacer fácilmente respetando el reglamento actual, que dice que toda licencia debe ser sometida a una inspección anual. Con un control exhaustivo de cada licencia, esta situación no se hubiera dado. Además, no ha querido sentarse a dialogar con nosotros, por lo que le exigimos la dimisión.

Ha acusado al presidente de la ATAT, José Luzardo, de encubrir a los floteros. ¿Por qué?

Yo sospecho que los está encubriendo. Cuando surgieron las primeras denuncias contra los floteros, dijo que no existían y ahora asegura que llevan más de 30 años. Me da que él sabe bastante sobre la existencia de los floteros y no ha hecho absolutamente nada. Como representante del sector tiene la obligación de actuar y velar por la seguridad y sobre todo por su limpieza. Por eso, hemos creado la asociación y estamos luchando.

Asalariados denunciaban esta semana que floteros detenidos volvían a estar en la calle al frente del negocio.

Porque creen que va a pasar lo mismo que la otra vez y no es así, porque en esta ocasión las cosas se han hecho con más seriedad. Yo no tengo nada contra el flotero, sino contra las personas que están administrando mal las licencias. Si usted no quiere explotar su licencia, traspásela.

¿Y qué opina de la decisión de Sabroso de paralizar la transmisión de las licencias?

Eso me parece un disparate más. Sabroso tiene que dimitir porque no tiene ni idea de lo que tiene en las manos. Porque, ¡ojo!, si cae la Justicia o la Seguridad Social encima de estas personas, la única opción que le queda a viudas y jubilados, es traspasar y sacar dinero de esas licencias para pagar las multas. Una vez más Sabroso vuelve a cometer una torpeza paralizando el traspaso de licencias.

¿Tiene miedo tras las amenazas que ha recibido?

No. Si tuviera miedo, seguirían los floteros. Me han estado siguiendo y tuve que cambiar el taxímetro con GPS incorporado, porque misteriosamente siempre sabían a los sitios que yo iba. El problema es que dentro de este sector hay mucho miedo y tenemos que superarlo. Animo a los compañeros autónomos para que defendamos nosotros nuestros garbanzos. Tenemos que pensar en las familias que dependen de nosotros y tomar las riendas de nuestra profesión. Los enemigos los tenemos en casa. Están en nuestras cooperativas. Tengo compañeros autónomos que no pueden pagar su seguro de autónomo, cuando hay otros titulares que ni los abonan porque cobran una pensión de jubilado.