De rebajas en pleno agosto, el domingo de ayer y Triana no se concebía sin helado o granizada que aliviase el paseo estival. Atestada de público desde las 11.00 horas, Triana vivió colas delante de los mostradores de sus heladerías. Pese a que la tradicional panza de burro mitigó el impacto del solajero estival, el tiempo pedía un refresco entre tienda y tienda. O entre museo y museo.

Cerca de la Calle Mayor, en el enclave de la plaza del Espíritu Santo, se concentró una pequeña multitud de compradores que repasaron puesto a puesto la artesanía o la bisutería de oferta. Algunos veteranos bailarines se atrevieron con los sones folclóricos del Grupo Aytami, para marcarse unos pasos agarrados, mientras, a un salto, curiosos y turistas aprovechaban la jornada de puertas abiertas programada en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM).

"En estos días el público es, sobre todo, familiar", precisa en la recepción del museo Cristina León. "También", añade, "vienen más turistas nacionales que extranjeros", que son más habituales en una jornada típica en el centro de la calle Los Balcones. Ayer no era el caso. Cerca del mediodía se podía ver a algunos visitantes con las bolsas de las compras repasar las exposiciones en cartel y recorrer el edificio. Otros, foráneos, aprovechaban para tomar fotos de su visita y dejar constancia de su paso por el casco viejo de la capital grancanaria.

Había, sin embargo, quien estaba allí por un interés muy concreto. Como Fernando Martín Acosta y su familia, que acudieron para comprobar cómo había quedado un pariente cercano en la exposición de la artista nicaragüense Regina José Galindo. "Venimos a eso, aprovechando el domingo", confesó Martín, a quien acompañaron su esposa y sus dos pequeñas, Erenia, de ocho años, e Iraides, de apenas 16 meses, pero con mucha atención para prestar a las obras colgadas en las paredes del museo.

Junto al CAAM, también tenían previsto un día de entrada gratuita el Museo Pérez Galdós, la Casa de Colón, el Museo Canario, San Martín Centro de Cultura Contemporánea e incluso las Casas Consistoriales, con visitas dispuestas para el público que sintiera curiosidad por conocer los interiores del remozado edificio en Santa Ana. El paquete cultural ha supuesto un importante refuerzo para el plan del primer domingo de mes en Triana y aledaños, que cumplía su sexta edición, con el evidente éxito consolidado, a juzgar por la afluencia de paseantes.

Aperitivo y cuidado personal

Como reclamo también estuvo el Showroom Efervescente, que repetía en la plazoleta Cairasco, junto al Gabinete Literario, con DJ que cambiaron el registro folk de Vegueta conforme uno tomaba camino hacia San Telmo. Restaurantes y bares se han convertido, igualmente, en concurridos puntos de encuentro para el aperitivo, esta vez entre compras típicas de verano. Desde el aludido helado hasta otros productos algo más sofisticados para el cuidado personal.

De ello da cuenta Eva Sánchez, detrás del mostrador de The Body Shop de Triana, donde lo que más se despacha en estos días son "lociones corporales" que hagan más llevaderos en la piel los efectos del estío. "Gente mayor y padres con niños es el público que más viene estos domingos", apunta. Las familias, en efecto, marcaron con su masiva presencia el sentido del paseo por la zona, imposible de completar sin atender al capricho de los pequeños. Por eso tuvieron éxito los puestos que ponían a sus ojos el automóvil de plástico guiado con palo de toda la vida, a los que algunos infantes tardaron bien poco en darle uso. O los cochitos del parque, última parada antes de volver a casa tras las compras.