La creciente actividad que ha te-nido el Puerto de la capital gran-canaria en los últimos años en torno a la flota del petróleo ha despertado el interés de inversores foráneos especializados en las reparaciones navales, que quieren participar en el negocio en la Isla, dada la crisis que vive el sector en toda Europa. La Luz también es consciente de las necesidades de las compañías locales que ya se dedican a cubrir las demandas de plataformas y sus buques de asistencia, y les busca espacio. La zona reservada para ello es la franja ubicada entre el dique Reina Sofía y la terminal de contenedores. Será la iniciativa privada la que deba pagar los rellenos necesarios, de ahí que compañías extranjeras hayan entrado en contacto con talleres locales para estudiar estas actuaciones.

Grupos empresariales de la construcción naval en Polonia, como como Crist y Nauta, ya han expresado a administraciones públicas canarias su interés por asentarse en La Luz, tal como publicó este periódico el pasado sábado. El presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, ni confirmó ni desmintió ayer este punto en concreto, aunque sí manifestó que "hay interés del mercado" por entrar en el Puerto, porque "está claro que aquí hay actividad en lo que se refiere a las reparaciones navales". Fuentes del propio sector confirmaron, igualmente, que potenciales inversores de diferentes nacionalidades, incluidos polacos y escandinavos, han entablado contactos con compañías locales para evaluar su entrada en la Isla.

La Autoridad Portuaria confiaba en poder atender estas necesidades (las de nuevos espacios para astilleros) con la prolongación del dique Reina Sofía, en 350 metros más. Sin embargo, Puertos del Estado finalmente no reservó los 28 millones de euros con los que La Luz contaba para su plan anual de empresa. "Es una pena que esto haya sido así", subrayó Ibarra, quien, no obstante, indicó que "la solución a medio plazo" es disponer de los huecos libres entre la terminal de contenedores y el primer tramo del dique Reina Sofía. Eso sí, serán las propias empresas interesadas en explotar esos espacios las que tendrán que sufragar las actuaciones necesarias para poder atender las reparaciones y revisiones de los buques.

En La Luz se es consciente de que la demanda del denominado negocio off shore sigue aumentando. Desde que se incrementaron las explotaciones y sondeos en la costa occidental africana, Las Palmas de Gran Canaria ha sido punto de referencia para las grandes firmas del petróleo. Los astilleros de Astican y Zamakona Yards, así como una amplia red de talleres navales, carpinterías, buzos y empresas de suministros, además de las consignatarias, ofrecen a esta flota de dragas, perforadores y supplies los servicios que demandan para sus revisiones periódicas y sus reparaciones de mayor calado, eso sí, bajo la estricta supervisión de los técnicos de las propias multinacionales.

Estas compañías han encontrado las garantías necesarias en forma de certificados internacionales de calidad y el marco jurídico que corresponde a un territorio de la Unión Europea. Toda una ventaja en comparación con el entorno de los muelles de los estados africanos en cuyas aguas se llevan a cabo las prospecciones y las perforaciones petrolíferas.

En este contexto, el director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, José Miguel Pintado, ya apuntó el pasado mes de mayo la necesidad de "buscar más espacio" a Astican y Zamakona. El grupo vasco, de hecho, obtuvo a comienzos de año los derechos para poder construir nuevos talleres especializados en reparaciones de los barcos off shore, en un suelo por el que también pugnaba Astilleros Canarios.

Hoy, después de unas semanas de relativa tranquilidad en el negocio, el Puerto vuelve a acoger a varias plataformas a la vez: la Cajun Express, la Noble Globetrotter II, la GSF Artict I (para la que la multinacional Transocean busca comprador o arrendador) y la Stena Drillmax. Todas vinieron con técnicos a bordo, para dirigir y orientar el trabajo de los talleres y empresas locales. Su trasiego también deja un impacto económico en la ciudad: en estas fechas, unos 250 integrantes de las tripulaciones de las plataformas se alojan en hoteles de la ciudad, visitan sus zonas de compras y consumen en sus tiendas y restaurantes.

Es este el escenario que pretenden potenciar el Puerto y las diferentes administraciones públicas, como el Ayuntamiento de la capital grancanaria, que reserva a las reparaciones navales un lugar prevalente en su Plan de Internacionalización de la Ciudad, a la búsqueda de inversores foráneos. Los de los astilleros tendrán complicado encontrar incentivos dentro de figuras como la Zona Especial Canaria, por los ajustes que vive en la actualidad todo el sector en Europa, en general, y en España, en concreto, donde se ha revertido todo el sistema de subvenciones desarrollado en los últimos años para la construcción de buques. En las Islas, sin embargo, el negocio está en las reparaciones y las revisiones de gran calado que deben pasar de forma obligatoria una flota que cada vez se despliega en mayor medida en África.