El Ayuntamiento planea adjudicar hoy mismo la demolición de los restos del parque de atracciones Tívoli, nunca concluido, en la entrada sur de la capital. La licitación tiene un presupuesto de 119.621,50 euros y el plan prevé que el plazo de ejecución sea de dos meses. Este espacio de ocio comenzó a construirse en los años setenta, pero se malogró por cuestiones económicas. El Consistorio estudia ahora la reubicación de cinco familias que viven en unas chabolas construidas entre los restos de aquel sueño que acariciaban los niños de la ciudad cada vez que divisaban la noria o la montaña rusa que llegaron a coronar la loma.

"El proyecto consiste en la eliminación de todo vestigio constructivo en la zona del Tívoli. Eso arranca ya, porque queremos que la entrada desde el sur esté limpia y sea agradable", señaló el alcalde Juan José Cardona. La iniciativa, que lleva el nombre de Regeneración paisajística y ambiental del acceso sur a Las Palmas de Gran Canaria, se enmarca en la estrategia del municipio para hacer la ciudad más atractiva al visitante que llega desde el Aeropuerto.

En el informe del Servicio de Urbanismo, Proyectos y Obras se explica que en la zona se encuentran cuatro chabolas, "que utilizan parcialmente las construcciones existentes". Esas construcciones se aprecian perfectamente desde la autovía. Se trata de un edificio longitudinal, que la arquitecta Elisabeth Ortega describe como "con pórticos de hormigón armado y techada con viguetas y bovedillas". A eso se añaden otras construcciones similares en el terreno y lo que la experta denomina como "una treintena de dados de cimentación aislada" y que atribuye a la base de aquella noria que nunca se puso en marcha.

Muros colapsados

Otra de las ruinas que adornan el parque de atracciones fantasma es la más llamativa, una estructura en forma de picos y las letras que forman la palabra Tívoli. A eso se une, según revela el informe, el mal estado de los accesos entre plataformas y de los muros, que, incluso, han llegado a "colapsar" en dos zonas, seguramente por el efecto de las "escorrentías".

La misión de la empresa a la que hoy se le adjudica el trabajo es la demolición completa de todos los muros y construcciones, además de la limpieza de los escombros y la cobertura de la zona con "tierra vegetal". La idea es poner plantas ligeras y autóctonas en el terreno, que es de propiedad privada, y plantar palmeras en los márgenes de la carretera.

El periodo de ejecución que establece el contrato es de dos meses. En ese tiempo se hará el trabajo de demolición y el arranque de las estructuras de acero, que son, sobre todo, los picos y las letras del parque. Además a la empresa le corresponde el transporte controlado al vertedero del residuo no peligroso.

Este es uno de los proyectos que se engloban en la recuperación de la zona del que forman parte otras actuaciones. "Hay una serie de hitos en los que estamos trabajando para que la ciudad sea competitiva y el primer objetivo es que la entrada sur dé ya una buena impresión.

Además del Tívoli, esta misma semana se va a completar la elevación del Tritón", reveló Juan José Cardona.

La obra, del escultor grancanario Manolo González, "es una pieza majestuosa que da la bienvenida a la ciudad y, por eso, queremos darle más realce", agregó.

La empresa a la que se le adjudicaron los trabajos en La Laja se ha hecho cargo de esta rectificación sin coste adicional. La escultura se elevará alrededor de dos metros para facilitar su visión a los que viajan por la autovía camino a la capital. Para ello se ha habilitado un pedestal de hormigón sobre el que se superpondrá el Tritón esta misma semana, según el regidor.

Las piscinas de La Laja forman parte también de esta estrategia. Aunque aún no están inauguradas, el Ayuntamiento ha habilitado una señalización provisional ante el éxito que han obtenido. Este verano han sido muchos los curiosos y bañistas que ya han disfrutado de ellas.

En Hoya de la Plata hay otro punto caliente en el que también se ha fijado el Ayuntamiento. "Mercadona acondicionó el entorno del nuevo hipermercado que abrió en la zona, pero aún quedan pasos que dar y estamos en ello para mejorarlo", adelantó el alcalde capitalino.

En esa primera impresión de la ciudad, también está la potenciación del barrio marinero de San Cristóbal y las actividades que se celebran con la colaboración de los empresarios y restauradores. "San Cristóbal Sabor a Mar tiene más éxito con cada edición y mezcla los conceptos de fomento del turismo y de la economía azul, que es toda aquella que proviene del mar", agregó Cardona.