Sólo tres picos. Es lo que quedaba ayer del frustrado parque de atracciones Tívoli de la entrada sur de la ciudad. Las excavadoras se pusieron en marcha el pasado mes, tras adjudicar el Ayuntamiento capitalino la demolición a la empresa Derribos y Excavaciones Kiko. Las máquinas han eliminado ya gran parte de los restos que quedaban aún en pie, entre los que destacaban las características letras con el nombre del complejo de ocio, enmarcadas en seis estructuras con remate afilado. El objetivo de la intervención era el de "embellecer" el acceso a la capital grancanaria, dentro de un plan de recuperación de la zona que también incluye el entorno de la playa de La Laja y la elevación de la estatua del Tritón, que ya se ha llevado a cabo.

Las máquinas comenzaron sus obras en septiembre y han avanzado a buen ritmo, lo que acerca la finalización del proceso para el que se estipularon dos meses en esta primera fase. La empresa emprendió los trabajos con un presupuesto de 105.860 euros, una excavadora con cizalla hidráulica y brazo de largo alcance, y dos máquinas de apoyo. Además de la erradicación de los famosos picos, se ha acometido la retirada de todos los muros, además del edificio en forma de plataforma al que se añadieron un grupo de chabolas, que también han visto caer sus paredes. Las familias que vivían allí han sido realojadas en pisos de alquiler que subvenciona el Consistorio capitalino.

Una de las curiosidades de estos trabajos es que, en el análisis del terreno y los restos del parque fantasma, aparecieron los dados que sostuvieron en su momento a la noria que llegó a levantarse en los ochenta, cuando el proyecto tomó impulso de nuevo, tras años parado. En aquellos días, los ciudadanos de la capital pudieron comprobar cómo se elevaba, además, una especie de pagoda preparada para alguna atracción nunca determinada y que hizo viajar con su imaginación al lejano oriente a los niños que pasaban en coche.

Además del derribo y limpieza del terreno, la adjudicataria tiene la obligación de encargarse de los escombros. En el pliego se especifica que se hace una selección de los que sean susceptibles de reciclar. Los que son catalogados como no peligrosos han de trasladarse al vertedero de Salto del Negro.

La intención, una vez concluya el proceso de derribo, es la limpieza y el acondicionamiento del terreno para cubrirlo de una masa vegetal suave y autóctona. También está prevista la plantación de palmeras en los márgenes de la carretera. En una moción presentada por Compromiso por Gran Canaria en el pleno de este mes, su presidenta, Nardy Barrios, sugería que las palmeras se plantaran en el mismo terreno y que se aprovecharan unas letras con el nombre de la ciudad que se usaron en un escenario del Carnaval. La moción fue rechazada por "no contar con los informes técnicos" que la avalaran, según contestó el concejal de Urbanismo Martín Muñoz.

Con los trabajos que ya se han realizado, el aspecto de la zona ha quedado más despejado y ha tomado realce la pequeña ma- sa vegetal que se concentra en la base del espacio en el que se está interviniendo y que linda con la carretera.

La utilización de dinero público para adecentar el terreno, propiedad de Bankia, ha causado una encendida polémica por las críticas de la oposición socialista municipal, que consideró "un despilfarro" utilizar un dinero "de todos" para mejorar un terreno privado. En el pleno de la pasada semana la edil socialista Inmaculada Medina ironizó diciendo que "todos los dueños de los solares de la ciudad" solicitaran que les dieran el mismo trato. La bancada del grupo de Gobierno contestó que es un proyecto "estratégico" en la consecución de una ciudad que atraiga a los turistas y de ahí la decisión.

Los tres picos que sobrevivían ayer a la piqueta tienen las ho- ras contadas y el sky line del acceso sur de la ciudad volverá a lucir como era en los años sesenta del pasado siglo.