José Morales, representante de los padres de alumnos en el consejo escolar del Centro de Enseñanza de Infantil y Primaria (CEIP) Boliche, se indigna cuando se le pregunta por el nuevo colegio de Siete Palmas, situado en la vuelta de Los Tarahales al lado del colegio renas, y empieza a hablar y no para cuando enumera las deficiencias que sufre la escuela.

Además de los problemas de masificación, ya que el centro carece de espacio suficiente para atender a los cerca de 300 alumnos que allí estudian, Morales recuerda que el Boliche es el viejo colegio Extremadura. "Yo tengo más de cuarenta años y estudié en este colegio", dijo, "que ya debe tener más de cincuenta años. Imagínate en qué condiciones puede estar este centro" que, como todos los denominados con nombres de regiones españolas fue construido de prisa y corriendo para absorber a los niños del boom de natalidad de los años sesenta del siglo pasado.

Morales denuncia que el número de alumnos matriculados dobla la capacidad del centro, en el que se han tenido que eliminar todos los espacios comunes para convertirlos en aulas. "Lo peor es que son los niños los que están sufriendo las consecuencias de las malas condiciones y la falta de espacio, porque la Consejería Educación no acaba de resolver el problema y poner en marcha de una vez el nuevo centro, por una cuestión burocrática que no entendemos", se queja Morales. Los padres han tenido reuniones con el director general de Centros, Demetrio Suárez. "Nos dice que sí, que sí, pero seguimos en el Boliche. Este centro era para haberlo abierto este curso. En septiembre nos dijeron que abría en diciembre, luego pasamos a febrero, ahora el próximo curso. Esto es un cachondeo", afirma el portavoz de los padres, quien recrimina a los representantes de Educación "que diga que las cosas van bien, cuando no es verdad, cuando los niños de diez años tienen que usar baños diseñados para escolares de tres".

La falta de espacio ha obligado a partir la clase de música con un biombo. La biblioteca ha sido reconvertida en aula y los escolares se tienen que dividir en turnos para ir al comedor. "Lo único que pedimos son unas condiciones mínimas" para los alumnos, reclama.