El menor de 15 años de Jinámar que no fue registrado ni escolarizado por sus padres y descubierto por el Gobierno regional, se sometió, junto con ellos, al cotejo del ADN en un laboratorio de la capital grancanaria para confirmar de forma oficial que Pedro, conocido por muchos como Peter, y Maravilla, llamada por familiares y amigos como Mara, son sus progenitores, y así podrá volver a vivir con ellos. El resultado de la prueba de paternidad podrá estar en entre dos y tres semanas.

No fue necesario llevar a cabo la recaudación solidaria de 500 euros, como había planteado hacer su familia, para poder costear esta prueba en un centro privado. Si hubiera sido a través de la administración, el resultado se conocería entre tres y cuatro meses, tiempo que no querían esperar ni Pedro ni Maravillas para recuperar la custodia de su hijo, ahora atendido por el Gobierno canario. Finalmente la Televisión Autonómica Canaria costeó este cotejo de ADN que se realizó ayer lunes en un laboratorio de Las Palmas de Gran Canaria

Peter y Mara están más cerca de que su hijo, con el nombre ficticio de Enrique, vuelva a la habitación que le tienen preparada en el domicilio familiar situado en la Rambla de Jinámar, en la capital grancanaria, junto a sus cuatro hermanos de 10, 8, 6 y 5 años. En la actualidad, el menor reside en una casa de acogida, con el derecho de pasar el fin de semana con sus padres, los cuales habían decidido, cuando nació Enrique, en 1998, ocultarlo a las autoridades para no perder su custodia, como les había ocurrido con dos hijos que habían tenido años atrás.

El pasado fin de semana, Enrique estuvo en el piso de sus padres, situación que motivó que su familia y la de su novia organizaran un asadero en el local social de la Rambla de Jinámar, al que fueron, entre familiares y amigos, algo más de medio centenar de invitados.

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