El Ayuntamiento de la capital grancanaria instaló el pasado viernes por la tarde vallas en la playa de La Laja, en las que se desaconsejan el baño a los usuarios ante la existencia de restos de contaminación, debido a los vertidos al mar de aguas fecales que se produjeron muy cerca de la costa, entre el lunes y el jueves pasado, a consecuencia de una avería en la depuradora de Barranco Seco. La avería del emisario submarino agravó el problema, ya que el derrame de 70.000 metros cúbicos de aguas fecales, se produjo a menos de cien metros de la costa.

Según informó una portavoz del Gobierno municipal, el alcalde Juan José Cardona tiene previsto abrir la próxima semana dos expedientes a Emalsa, uno de ellos, por "ocultar al Ayuntamiento la existencia de niveles altos de contaminación" en las aguas, tras comprobar la gravedad del problema en los análisis que se realizaron el pasado jueves en La Laja.

Las mismas fuentes indicaron que el alcalde pondrá el próximo lunes tanto los vertidos como la ocultación de los mismos en conocimiento de la Fiscalía de Medio Ambiente, que investiga desde finales del año pasado la responsabilidad de Emalsa y el Ayuntamiento en los derrames al mar de aguas fecales que se producen en varios puntos del litoral del municipio desde hace años.

Según los responsables municipales, los vertidos se iniciaron el pasado lunes, al romperse una línea de la depuradora de Barranco Seco. La avería del emisario submarino que fue detectada el pasado 24 de enero -tiene un boquete a menos de cien metros de la costa- y aún permanece sin arreglar, agravó el problema.

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