La pasarela azul de la desafíos. Un viaje agónico contra las olas. La segunda edición de la Travesía a Nado La Laja-San Cristóbal, de 1,8 kilómetros [organizada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Concejalía Delegada de Ciudad de Mar] congregó ayer a 250 participantes de todas la edades. Fue la fiesta del bañador.

De adolescentes, como Verónica Navarro (16 años y del Club Natación Metropole), que se proclamó campeona absoluta femenina, por segundo año consecutivo, con 29 minutos, a veteranas como la madrileña afincada en la Isla Ana Olivera, última tras una hora y 18 minutos de lucha en el mar. Detrás de cada dorsal respira una historia. Un motivo para bailar sobre las olas, por esta autopista imaginaria marcada por boyas naranjas.

Recibir del alcalde Juan José Cardona la medalla azul exigía un precio. Nadar con el alma. El barrio pesquero de San Cristóbal fue el punto final, el paraíso para los gladiadores del Atlántico. Terminar la prueba de aguas abiertas [una de las más exigentes del circuito regional por la corriente y oleaje] fue como tomarse un cortado para Airam Carretero (Metropole).

Campeón tras 27 minutos y 27 segundos de deleite. Un ejercicio incuestionable de poderío. Lo hizo para inscribir su nombre en el palmarés y tomar el relevo de Raúl Santiago -vencedor en 2013 en la prueba del Cono Sur-. Tras la foto de familia en las piscinas de La Laja, un bocinazo dio la salida a los competidores (11.30 horas). Dos minutos después, llegó el turno de las féminas, que dejaron atrás la arena de la playa de La Laja.

La plenitud de los tiburones

Mauricio O´Shanahan le ha ganado el pulso a la muerte. Se considera inmortal. Su vida tiene sentido con cada brazada de crol. Campeón nacional de la categoría máster, sexto de Europa y octavo del mundo. Todo en aguas abiertas, su especialidad. Cuando se pone el bañador, es Brad Pitt. Su autoestima se dispara; se esfuman las arrugas. "El secreto es la constancia. En el agua me transformo, llevo más de tres décadas nadando. Esta cita es un lujo y muy ´perra´... Te reconforta salir del agua y pisar la meta. No tomo viagra; no la necesito. Me siento pleno y le he ganado el pulso y la partida a la muerte", finaliza el incombustible nadador del Metropole, camino de 73 años.

José Quintana Ramírez, que completó un tiempo de 57 minutos, llegó forrado con su traje de neopreno. Es un fijo en las pruebas de aguas abiertas como las de Maspalomas, Arinaga, La Graciosa o Lobos. En mayo cumple 74 años. Pertenece al Club Salinas de Santa Lucía y es un nadador diesel.

Hace tres kilómetros diarios. La natación es su religión y un escudo protector. "Solo he sufrido una operación de cadera; esta travesía es especial por su dureza. Un desafío para los veteranos. Me siento el ganador; se me cayó el gorro tres veces pero jamás me entregué".

En tres dimensiones

Custodiados por un amplio dispositivo de seguridad en el agua, los nadadores fueron ovacionados por los pescadores. Durante hora y media, fueron llegando a cuentagotas. Para Verónica Navarro, el mejor aplauso, le espera en el futuro y en unos Juegos Olímpicos. "Estoy muy satisfecha, la prueba ha sido más dura que el año pasado. Costó levantar la cabeza sin que te tragases el agua". Apunta a la selección nacional y recomienda "utilizar más boyas para señalizar el recorrido". También sugiere una salida "conjunta hombres y mujeres".

Plácido Checa y su hijo Pablo, que dirigen la editorial Cam PDS, nadaron por un libro. La obra La playa de La Laja. Veraneos de antaño, de Néstor Doreste Padilla, que comercializan desde julio, fue el mejor pretexto para agotar los casi dos kilómetros. Desnudar el océano y honrar a una recopilación de anécdotas de La Laja. Una playa en tres dimensiones.

Los concejales del consistorio capitalino Mimi González y Carlos Ester, así como los propietarios de los restaurantes de la zona, hicieron entrega de las medallas. Ana Olivera, la última de los 250 nadadores, y médico de profesión, reflexiona sobre si formar parte de la edición en 2015. "Nunca me he rajado. Ya veré si vuelvo, pero volveré al curro con la cabeza bien alta. Al menos yo sí terminé".