El temporal que llegó ayer a Gran Canaria dejó 65 incidencias en la capital entre caída de cascotes, desbordamiento de alcantarillado e interrupciones puntuales del fluido eléctrico, que derivaron en el apagón de algunos semáforos en varios puntos de la ciudad, según confirmó el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La jornada transcurrió con cierta tranquilidad y tanto el cierre de un tramo de la playa de Las Canteras -a la altura de la Cícer- como del paso peatonal subterráneo de la Avenida Marítima -por la plaza de Santa Isabel- fueron los mayores estragos que se registraron debido al Fenómeno Meteorológico Adverso (FMA) que azota al Archipiélago.

A las 8.30 horas, las primeras gotas de agua comenzaron a caer en la localidad capitalina. Cerrar ventanas, retirar macetas, recoger el toldo, quitar el coche del cauce del barranco, son algunas de las recomendaciones que, desde su cuenta oficial de Twitter, hace la Policía Local para enfrentarse a la jornada. La mañana de lluvias se estrenó poco después de su inicio, en Mesa y López, donde los semáforos dejaron de funcionar. Lo mismo ocurrió horas más tardes en la zona de San Telmo y Bravo Murillo, donde la incertidumbre de los peatones a la hora de cruzar sin un control, se sumó a la de los conductores de los vehículos, siendo inevitables los atascos y algunas colisiones leves, especialmente en los cruces. Más allá de esto, el Consistorio aseveró que el tráfico no presentó "mayores problemas".

Lluvia serena

Las precipitaciones continuaron de forma serena a lo largo de la mañana. La Sala Operativa de la Policía Local, que centralizó la labor de todos los servicios de emergencia, recibió alertas relacionadas con pequeñas inundaciones, que no revistieron mayor gravedad. El cierre de un tramo de la Cícer, donde desemboca el barranco de La Ballena, que comenzó a correr tras varias horas de lluvia, fue la consecuencia más relevante que dejó el temporal a media mañana. Asimismo, la Policía Local informó sobre la clausura del paso subterráneo peatonal de la Avenida Marítima ubicado a la altura de la plaza de Santa Isabel -en Vegueta-, como medida preventiva ante posibles inundaciones. Por asfaltado, la avenida de Escaleritas permaneció también cerrada desde las nueve de la noche hasta las seis de esta mañana.

La tarde también transcurrió con cierta normalidad y, a pesar de que los agentes locales tuvieron que asistir a una conductora cuyo coche se salió de la vía en el acceso al túnel de San José, no hubo mayores agravios. No obstante, la ciudad se había preparado para reducir al máximo los efectos colaterales del aguacero que se mantuvo de forma intermitente hasta la noche. Y es que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) avisó el pasado martes de que el chaparrón podría alcanzar los 60 litros entre las 6.00 y las 18.00 horas. De este modo, no solo se suspendió el tradicional encendido navideño (previsto para ayer), también se aumentaron las medidas de seguridad. En total, más de 1.000 efectivos de Parques y Jardines, Alumbrado, Tráfico, Bienestar Social, Vías y Obras, Playas y Limpieza, además de Policía Local, Bomberos y Protección Civil, se encargaron de velar por el buen curso de la jornada, en el marco del Plan de Emergencias Municipal de Las Palmas de Gran Canaria (Pemulpa). Los recursos estuvieron estructurados en cinco grupos de acción, además de contar con un contingente que agrupa distintos servicios. Asimismo, todas las zonas sensibles y más con mayores riesgos estuvieron sometidas a una estrecha vigilancia. De hecho, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) estableció un Puesto de Mando Avanzado en la plaza Doctor Ponce Arias, sobre los túneles de Julio Luengo, para un desplazamiento más rápido en caso de haber emergencia.