"Encarnaba la invitación, siempre actual, a reflexionar sobre los desequilibrios de la sociedad, la riqueza de nuestras culturas y la importancia de la educación".

Cécile Duflot.

Después de la no-rueda de prensa de la lectura del fallo del Jurado, y digo esto porque fue del más puro estilo "presidencial español pepero", sin ruegos, sin preguntas, sin ventilación, sin salidas de evacuación, ?, en síntesis, en un sótano sin condiciones de habitabilidad ni de accesibilidad para el estimado público y la abundante representación de medios de comunicación que abarrotaba el escaso espacio y al que amable y generosamente nos invitaron a continuación a un improvisado café en el Restaurante aledaño, el Fataga.

Y surge la primera pregunta: ¿por qué no nos citaron en las recién y excelentemente remozadas Casas Consistoriales y sí en aquella ratonera?

Un compañero al ver mi enroñamiento posterior me dijo "esa no es tu guerra" y tenía razón, porque qué hacía una "aspirante a pacifista" (2) como yo en una concatenación de errores como aquella. Error en un jurado en el cual, entre otros, había una experta en marinas deportivas y no un elegante jurado con un arquitecto/a, y en este caso también con un ingeniero/a, de reconocido prestigio internacional elegido por votación entre los concursantes, y que en España sin ir más lejos tenemos en abundancia.

Estas líneas son una humilde reflexión, expresan un compromiso social y con mis conciudadanos/as de Las Palmas de Gran Canaria, en suma un pensamiento ético, con la intención de generar debate para aprender y aprehender siempre. Decía Rafael Alberti que el día que no aprendiera algo moriría y él, hombre ético comprometido, así lo hizo.

Tuve la gran suerte de a mis 17 años recién cumplidos (1973) recibir la primera de mis clases magistrales, como todas las de él, de Don Luis Balbuena Castellano en la Escuela Aparejadores de la ULL que nos explicó con detalle que el dinero público es el más caro del mundo ya que es fruto de los impuestos a los pobres, cuyos hijos casi nunca llegarían a la universidad pública (no nos imaginábamos que ahora menos que nunca) puesto que en aquellos años, tal como sigue sucediendo ahora, los defraudadores de la hacienda pública copan las becas para comprarles a sus hijos/as los coches deportivos, entre otros estraperlismos. Coches visibles en el aparcamiento del campus (en el argot universitario de la dictadura se denominaba "no señalar" y/o "¿fumas, inglés?").

Y continúan las preguntas: ¿Es necesaria la pasarela puerto-ciudad? o dicho de otra forma ¿cuáles son las necesidades que se atenderían con dicha pasarela?

La pasarela es un objeto, un hecho aislado que no soluciona aquello que se requiere para una planificación urbana, sino que al contrario, reafirma las barreras físicas y psicológicas. Es el último recurso que se debería utilizar para atravesar la autovía-vía de incorporación-vía interior portuaria.

Las pequeñas actuaciones, bajo la tutela de un criterio y una visión global, transforman y hacen ciudad. Esas obras, si nacen de "ideas felices" y puntuales, a modo de parches, terminarán por sumarse a la gran lista de errores concatenados, pues todas ellas tienen fecha de caducidad, como los mandatos de los políticos.

La solución a la zona pasaría por no seguir degradándola, y plantear una ordenación ordenada del territorio en su conjunto; regenerando y esponjando ambientalmente el istmo, tras la oportunidad perdida en el Woermann, a la que se añade ahora la pifia del acuario y la triste pasarela, evitando alcanzar así un punto irreversible en este desatino.

Por tanto, se puede afirmar que la pasarela no es necesaria porque no resuelve el problema. Muchos dirán que ofrecer otras soluciones para la zona del Istmo y oponerse a la actual pasarela es querer frenar el progreso de la Ciudad. ¿Pero para quién se hace esta pasarela? ¿Quiénes van a ser sus usuarios? ¿Los contingentes cruceristas? ¿Los vecinos? ¿Quiénes son los interesados y los que van a disfrutarla? Pausa corta.

¿Por qué no se negoció que fueran los favorecidos (empresa explotadora del futuro delfinario) quienes resolvieran los accesos al acuario? ¿Y para qué hacer ese acuario? ¿Por qué no convertir el mamotreto del C.C. El Muelle en la tan envidiable pecera, que se colocaría entre las mejores del mundo para tan egregios y eventuales cruceristas; tal y como se hizo, por ejemplo, en Goteborg, Suecia, en el Universeum (www.universeum.es)?

El Ayuntamiento está a la espera de inversionistas, pero ¿quiénes son, dónde están, y qué pretenden esos posibles inversores?

¿Es que pretenden terminar de arruinar a los pequeños empresarios que quedan vivos en la zona, sin implicarlos en los cambios y transformaciones que se produzcan? ¿Debemos conducir a los visitantes hacia futuros intereses privados en Sanapú? ¿Debemos desplazar la Base Logística del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y del Centro Logístico de la Federación Internacional de la Cruz Roja? ¿Y a dónde?

Quedan en la zona dos edificios con valor arquitectónico: la nave, antigua carpintería que están dejando morir, y otro, el Mercado del Puerto (atribuido a Eiffel y/o aplicados discípulos), que quedará sepultado bajo las nuevas rampas de la discutible triste pasarela. Pero entre tanto abandono, el Ayuntamiento parece que quiere/necesita un hito arquitectónico que satisfaga el ego del político de turno y de sus instrumentales arquitectos. Ofuscados en llenar nuestra ciudad con chapas inaugurales de todos estos nuestros Iltmos. Sres. alcaldes; dejando su huella, en este caso, con una pasarela emblemática. Entonces, ¿por qué no encargárselo a uno de esos genios arquitectónicos de dudosa legalidad?

"La fama crea enfermedades mentales" según Tricky (3) , pero sólo los listillos ansían esa fama. Las personas inteligentes quieren la gloria de un trabajo bien hecho. Perpetuarse, vamos. No lo efímero de un paso breve por la vida. Oportunidad de trascender como el Alcalde Ramírez Bethencourt, que aunque de ideología cuestionable, creó la Ciudad del Mar, y cuya Avenida aún lo recuerda. Esa oportunidad hubiese sido tanto para nuestro Iltmo. Sr. alcalde, como para sus antecesores, el haber emprendido el ya referido esponjamiento del istmo y con ello, su regeneración ambiental.

Pero ahora hablemos de economía y de calidad de vida.

Los últimos datos oficiales de 2013, hasta en eso nos mienten, establecen que en Canarias el Índice de Pobreza alcanza el 23%, que los parados en LPGC según la EPA alcanza el 34'27%, 73.500 personas; 56.381 según datos del SCE. En el primer semestre de 2014 y con datos del Consejo General del Poder Judicial se ejecutaron 1.249 desahucios en Canarias. Según estimaciones de Caritas, 4.950 familias de LPGC solicitaron su ayuda, lo que supone entorno a 15.000 personas acogidas a alguno de sus programas de ayuda. Cifra además en 1.289 el número de personas sin hogar en la ciudad. En una ciudad de 382.283 habitantes hay más de 4.500 familias a la espera de una vivienda social (les pediría que hagamos todos nuestras cuentas en porcentajes, para no alarmarnos...).

Las Palmas es hoy por hoy una ciudad desmantelada en la que la desigualdad social nos ha hecho retroceder a niveles de 2004; diez años después hemos reculado, hemos perdido la batalla frente a la desigualdad social, esto es un circo, circo romano pero sin pan.

A este concurso se presentaron 40 equipos, de los que 39 proponen soluciones que dicen costar 1.400.000euros (o poco menos para guardar las apariencias) y ni yo, ni nadie con dos dedos de frente y/o que sepa lo que cuestan las cosas (y todos los allí presentes, y todos los que han concurrido a este concurso), nos lo podemos creer.

Sin embargo, existe al menos una alternativa, y si bien sólo es una; quiero referirme a ella porque se trata de un proyecto valiente, que propone desde dentro (y por ello bien que lo han criticado) otra solución viable, con visión de futuro y que atiende a las necesidades del momento, siendo conscientes de la situación coyuntural que estamos viviendo.

Se trata de generar debate, de retomar el activismo desde la arquitectura y respondiendo a las nuevas tendencias, no sólo arquitectónicas si no (y ahí radica su valor) sociales.

Visto lo visto y con las cuentas claras, parece ser que la pasarela electa no se va a construir. Irá a parar al limbo, otro concurso más de ideas en tiempos de farfulla electoral. Se trata tan solo de propaganda y de gastar los últimos cartuchos, otra oportunidad de copar los medios. Y es que los concursos de ideas se multiplican en estas fechas ¿Quién les garantiza a estos individuos/as que van a continuar en la siguiente legislatura?

Como sociedad llevamos tiempo adormilados, pero estamos en época de alternativas. Y lo cierto es que hay una alternativa. La propuesta a contracorriente supone un coste inferior a cuatrocientos mil euros (y estudiando el proyecto, éste sí me lo puedo creer) que asume el soterramiento de la autovía, y la vigencia del PGOU dándole un carácter temporal y reutilizable a la intervención.

¿Por qué no intervenir en este área y regenerarla con el millón de euros que sobraría? ¿Por qué no plantar vegetación, como hacen las personas humanas e inteligentes que quieren trascender?

Como ciudadana querría ver planteada una solución sostenible, entendida no como unos paneles solares, futuros cachivaches, dados los avances tecnológicos y la no apuesta por la energía eólica, me remito a las razones varias y económicas, esgrimidas por un experto de reconocido prestigio como D. Pedro Marrero O'Shanahan, sino entendida como bioclimática que es bastante más compleja y sobre todo responsable con respeto a nuestros ancestros y a nuestros descendientes.

Y hablando del Istmo, y por tanto de la Isleta, me permito la licencia de incluir en este artículo y sumarme a la lucha de los vecinos con una última pregunta ¿por qué no crear un centro de esculturas activo para nuevos creadores en el Castillo de la Luz? Con la escusa del museo y después de visitar su remodelación y ampliación afirmo también que el centro es posible, en lugar de otro centro expositivo momificado (nuevos emprendedores escultores).

Ya está bien de querer llamar la atención con fuegos fatuos, de pretender salir en la foto inaugurando puentes en lugar de atajar los problemas, y pensar en el futuro de la ciudad. Ya está bien de improvisaciones, de remiendos y parches. Ya está bien de "crear ciudad" a golpe de ocurrencia. Hay muchos ejemplos y por no alargarme sólo me referiré al Scalextrix y su posterior desmantelamiento, al recauchutado del Guiniguada, al aparcamiento del Rincón sobre el corredor ambiental por la desembocadura del Barranco de Tamaraceite realizado y vilipendiado de José Miguel Fdez. Aceituno (que está en los cielos).

Porque como expresaba Aalto: "La arquitectura es producir felicidad", y dudo mucho que un nuevo mamotreto-scalectrico vaya a dárnosla.

Decía Federico Luppi (4) : "Vivimos en un mundo complicado, muy perversote, con mucho egoísmo, y mucha tarjeta negra. El ser humano no puede vivir sin sueños. Mi fantasía, es que se comenzara a generar un movimiento donde el mundo lo dirijan las personas, no los bancos, porque creo que aparecería algo así como juntos se puede hacer algo. Así con esta suerte de disparate económico, este desparrame absurdo, vamos mal. Me gustaría un mundo no perfecto pero sí más armónico."

Armonía entre los ciudadanos de mi ciudad, la que nació del Real de Las Palmas de Gran Canaria con su Istmo de unión con La Isleta y los alrededores de la bahía del Puerto de La Luz y de Las Palmas; irreconocibles todos ellos en la actualidad.

1. Afinidades electivas, de Goethe. Aprendido de D. Jaime O'Shanaham Bravo de Laguna.

2 . Joaquín Araujo dixit en la lección inaugural de la VII Copernicus Conference en el Paraninfo de la ULPGC, 13 de septiembre de 2004.

3. http://www.rtve.es/alacarta/atencion-obras/21-02-2015

4, http://www.rtve.es/alacarta/atencion-obras/21-02-2015