Tenerife Shipyards S. A. ha solicitado a la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife una parcela de 12.048,76 metros cuadrados, ubicada en los nuevos rellenos del Dique del Este del muelle de la capital tinerfeña, "que será destinada a la instalación de un centro de reparaciones navales", según ha publicado el Boletín Oficial del Estado esta semana. Tenerife Shipyards es una firma vinculada a Hidramar, empresa a su vez asentada en el sector naval en el Puerto de Las Palmas, que en los últimos años ha destacado en la prestación de servicios de asistencia técnica y reparaciones a las plataformas petrolíferas y el mercado offshore.

El recinto portuario de Santa Cruz no cuenta con unos astilleros desde hace unos nueve años, cuando la compañía Inter-Burgo se viera obligada a cerrar sus instalaciones por la ampliación de la dársena del Dique del Este, tal como recordaba el periódico La Opinión de Tenerife en su edición del pasado día cinco. La citada empresa llegó a dar empleo a unos 120 trabajadores .

Tras la solicitud de Tenerife Shipyards, se abre un periodo de un mes de plazo para la eventual presentación de ofertas en el mismo sentido.

Los espacios en La Luz

La tramitación de esta nueva concesión en el muelle de la capital tinerfeña también viene a poner de manifiesto los problemas actuales de espacio en el Puerto de Las Palmas, en lo que respecta al sector de las reparaciones navales. Un sector que ha sabido sobrellevar la crisis económica, proporcionando unos 2.500 puestos de trabajo directos, con un crecimiento anual de 750 empleos durante los últimos cinco años.

Su momento ha estado directamente relacionado con el tránsito de plataformas en el Golfo de Guinea, donde se concentran las explotaciones de hidrocarburos en alta mar. Los armadores han recurrido cada vez en mayor medida a La Luz para poner a punto sus naves y pasar sus revisiones.

Pero el muelle grancanario parece haberse quedado pequeño a la hora de colmar las aspiraciones de expansión de sus empresas. Firmas como Astican, Zamakona o la propia Hidramar se han disputado las zonas disponibles para nuevas concesiones. Las últimos, en el dique Reina Sofía.

Allí, Hidramar, que advertía semanas atrás de que su avance en el sector "no sería posible" si no obtenía nuevos espacios, se ha quedado como única aspirante a los 9.837 metros cuadrados que ocupara anteriormente la cementera Nivaria. Y es una de las tres firmas que quieren instalarse en el antiguo dominio de otra granelera, Granintra, en el mismo dique. Esta última concesión la disfruta con permisos temporales Astican. Tramar e Hidramar han recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Canarias para defender sus derechos a la concesión. La Sala falló que la Autoridad Portuaria debía decidirse entre los tres proyectos, pero la administración ha recurrido la resolución.