El alcalde Juan José Cardona invitó ayer a los coleccionistas privados así como a las empresas portuarias a que donen aquellos "tesoros" que tiene relación con la historia de Las Palmas de Gran Canaria y el propio Puerto de La Luz al Museo de la Ciudad y el Mar Castillo de Mata, que ayer fue inaugurado ante la presencia de numerosas personalidades de la vida política, cultural, social y militar de la ciudad y de la Isla, tras doce años de rehabilitación y cinco millones de inversión pública, la mayoría estatal, aunque también con algunas partidas del Cabildo insular y del Ayuntamiento.

"Estoy convencido de que esos tesoros los han guardado para saber por dónde iban los tiros del Castillo de Mata", dijo el regidor durante su discurso en clara referencia a si el proyecto de rehabilitación de la fortaleza del siglo XVI, que arrancó en 2002 el hoy ministro de Turismo, José Manuel Soria; entonces alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, y que luego impulsaron Pepa Luzardo, Jerónimo Saavedra y él mismo, terminaba siendo o no una realidad para la ciudad. No solo respecto a si la reforma se terminaría, en cuyo proceso murió un vigilante, sino también qué uso se daría al inmueble militar erigido como defensa de la urbe contra los ataques de piratas y corsarios, y conocido también como cuartel de Alonso Alvarado.

La "asignatura pendiente" que tenía la ciudad sobre un espacio que contara a los lugareños y a los visitantes su origen, su desarrollo, así como su relación con el mar, como así la denominó Cardona, es ya una realidad, aunque de momento abra sus puertas al público sin un director. El edificio, Monumento Histórico Artístico (1949) y de titularidad municipal tras el traspaso de Defensa en 1997, podrá ser visitado este mismo viernes, de manera gratuita y sin cita previa, a las 18.00 horas y a las 19.00 horas, y durante el fin de semana. A partir del martes y hasta el 1 de junio, no habrá que pagar ningún euro pero habrá que inscribirse para poder visitarlo.

El propio cronista de la ciudad, el periodista e historiador Juan José Laforet, será el encargado este viernes de romper el hielo. No le será complicado. No solo por sus conocimientos sobre la ciudad, sino porque ha sido uno de los expertos que ha participado en este proyecto coral que ha dirigido la historiadora del Arte y profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Ángeles Alemán.

Un "reto difícil", como ayer indicó Alemán a los invitados, porque se trata de la historia de la ciudad que debía ser contada con "rigor y claridad" por los expertos. De ahí que el origen de Las Palmas de Gran Canaria hasta su llegada al siglo XX se cuente a través de la mirada del cronista de la ciudad, Juan José Laforet; los historiadores Manuel Lobo, Alfredo Herrera Piqué y Francisco Quintana Navarro; la profesora de Geografía Humana, Josefina Domínguez; la crítica y curadora Clara Muñoz; el arquitecto Joaquín Casariego, la profesora de historia del Arte, María de los Reyes Hernández, el director del Museo Canario, Víctor Montelongo, el arqueólogo Julio Cuenca y el fotógrafo Ángel Luis Aldai.

Aldai, que ha retratado las ermitas de Las Palmas de Gran Canaria a "ras de suelo" para ilustrar con su mirada el nacimiento de ésta, mostró ayer su satisfacción como "hijo de la ciudad" de formar parte de su museo y de contribuir con "total libertad" a enseñar los tesoros que se esconden entre sus calles.

Los tesoros del museo

¿Pero qué tesoros encontrará el visitante al entrar en la fortaleza? Lo primero de todo será conocer la historia del propio castillo en sí, que comenzó a construirse en 1574 como defensa de la ciudad contra los corsarios y que sufrió varias modificaciones en su estructura acorde con los avances militares y las necesidades del Ejército hasta 1985. En el inmueble llegó incluso a estar la Legión hasta que en 1997 fue cedido al municipio.

Los trabajos de arqueología han permitido poner al descubierto la torre inicial, que se pensaba perdida y conocida como cubelo, desde donde se defendió la ciudad de los ataques del pirata holandés Van Der Does (1599) siendo capitán de la Isla Alonso Alvarado.

Curiosamente, Defensa y, en concreto de los archivos del Centro de Historia y Cultura Militar, de Tenerife, han salido algunos de las riquezas cartográficas de los siglos XIV y XV - reproducciones- con los que se descubre al visitante la mirada que tenían del Archipiélago los primeros navegantes que surcaron el territorio. Con esa perspectiva marítima se ilustra el origen de la historia de Las Palmas de Gran Canaria, tan ligada al mar. Justo en esta primera sala de la exposición permanente fue ayer donde comenzó el acto inaugural, en el que no cabía un alfiler, y en el que el propio presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, recordó que con este edificio se "enriquece" la red museística de la Isla.

El mismo mar nos convirtió en territorio fronterizo rezaba uno de los muros de la sala para entender el papel estratégico de la ciudad entre América y Europa y el interés de corsarios y piratas por ella. Escenas ilustradas por un grabado y dos pinturas, además de un vídeo sobre el asedio de Van Der Does.

La segunda sala está dedicada al origen de la ciudad. Allí están las imágenes del fotógrafo Aldai para conocer el papel que desempeñaron las órdenes religiosas en la formación tanto urbana como social de aquel Real de Las Palmas. Una maqueta imponente de la catedral de Santa Ana, cedida por el Cabildo, da prueba de ese poder.

La tercera sala, bajo el título La ciudad del siglo XIX, recoge el interés de los literatos y turistas de la época por la ciudad, mirada que dejaron en grabados y pinturas que cuentan la realidad urbana y social. También de los científicos, que pusieron en marcha tan importantes como emblemas como Museo Canario. En este recorrido no falta el Puerto, cuya retrospectiva se ve en planos, dibujos y fotografías.

La ciudad contemporánea , última sala del museo, recorre el crecimiento de la ciudad a vista de pájaro con las fotos aéreas entre la década de los 40 y los 70 del siglo pasado. También de los artistas como los indigenistas.

El visitante descubrirá tras el recorrido que la petición del alcalde no es baladí porque, sin desmerecer lo expuesto, el museo de la Ciudad y el Mar necesita de material histórico para enriquecer su contenido. De momento, la fortaleza, según dijo el alcalde, cuenta con un fantasma.