El pasajero 500.000 de la Guagua Turística - el matrimonio británico Michael Andrew Griffin y su esposa Linda Susan- llegó al parque Santa Catalina, como no podía ser menos, en el popular vehículo rojo de dos plantas, camuflados como unos turistas más. Nada sospechaba la pareja de lo que le esperaba en el emblemático parque de la ciudad, aunque ya conocían que habían sido tocados con la fortuna al comprar un billete para recorrer Las Palmas de Gran Canaria en el mismo hotel Santa Catalina, donde se hospedan durante sus vacaciones.
La pareja, procedente de la ciudad inglesa de Norwich, llegó en la guagua turística número 1 y fue recibida a pie de escalerilla por el alcalde de la ciudad, Juan José Cardona; el presidente de la compañía City Sightseeing, Enrique Ybarra; el concejal de Turismo, Pablo Barbero, así como otros responsables de la compañía en la ciudad. "Venía tranquila pero se han puesto nerviosos en cuanto han visto todo esto", comentaba el chófer de la guagua, Francisco Alemán.
Y no era para menos. Porque no solo les recibían las autoridades sino los medios de comunicación, la Agrupación Folklórica Poliguanche y un grupo de turistas y de ciudadanos que se había arrimado cerca de la Casa de Turismo, donde se celebraba el acto, que a punto estuvo de arruinarse por unas tímidas gotas que no se atrevieron a estropear el evento.
Michael Andrew Griffin, director de una organización no gubernamental para África, dijo estar "encantado de estar en Las Palmas de Gran Canaria y de ser el pasajero 500.000" y comentó que son usuarios habituales de la compañía de guaguas turísticas cada vez que viajan a algún destino. "Es una opción estupenda para visitar las ciudades, incluida la nuestra: Londres".
Tarta de cumpleaños
Griffin añadió que es la primera vez que visitan la Isla, aunque no supo explicar cuál es la razón que les ha traído hasta aquí. La pareja estará dos semanas de vacaciones y, de momento, la ciudad les ha gustado mucho. "Es una ciudad preciosa, con una arquitectura histórica fantástica".
Eso es lo que articuló Griffin, que llevó la voz cantante de la pareja, abrumado al igual que su mujer por el agasajo que les hacía la compañía y el Ayuntamiento, mientras el protocolo daba paso a los discursos oficiales para, posteriormente, los Poliguanche poner el toque canario con sus folias.
La pareja recibió un tique conmemorativo y diversos presentes promocionales de la ciudad, regalo del Ayuntamiento, además de una cena en un restaurante para celebrar en la intimidad la suerte que habían tenido.
Tras el acto, el matrimonio acudió a la Casa Fataga con las autoridades donde les esperaba un suculento desayuno en el que se incluían, entre otras viandas, una dulce tarta de color rosa con una guagua turística, hecha también de bizcocho y glasé, con el número de la fortuna.
