Hasta 14 empresas esperan por una respuesta de la propiedad del Centro Comercial El Muelle para poder entrar a operar en el recinto. Una relación de compañías entre las que figuran Fund Grube (cosméticos), Worten (informática) o Sport Zone (deportes), que no pueden ocupar un local porque los actuales titulares, Caixa Catalunya, no responden. El banco, una de las entidades intervenidas por el Estado durante la recesión económica, está actualmente en pleno proceso de absorción por el BBVA. Algo que está generando problemas para admitir a nuevos locales comerciales, e incluso para renovar los permisos de los que ya se encuentran en el recinto.
Al menos desde el pasado otoño media docenas de firmas comerciales han pedido entrar en El Muelle, cuya actividad se ha incrementado considerablemente con el tráfico de cruceristas (está ubicado junto a los atraques de Santa Catalina) y la posibilidad que tiene desde 2014 de abrir domingos y festivos durante la temporada alta turística (entre octubre y abril). Así, empresas como la potente Fundgrube, dedicada a la perfumería o cosmética, o Worten, especializada en el negocio informático, han presentado una solicitud de entrada en la que siguen interesadas, a pesar de que la época fuerte de los cruceros se encuentra en su tramo final.
Estas peticiones se dieron a conocer casi al tiempo de que la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb, el banco malo) decidiera restituir el centro comercial a su propietario original, Caixa Catalunya, el pasado mes de septiembre. La Sareb entendía que, al tratarse de una concesión de dominio portuario, el recinto no entraba dentro de la categoría de activos inmobiliarios para cuya gestión y liquidación ha sido constituida.
Consejo en el Puerto
Así, la situación pareció desbloquearse el último viernes, cuando el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas aprobó la devolución de la concesión portuaria a la sociedad anónima Puerto Ciudad Las Palmas, propiedad de Caixa Catalunya. Incluso el presidente del Puerto, Luis Ibarra, apuntó entonces que el BBVA, en pleno proceso de adquisición de la entidad financiera catalana, asumía de facto el centro comercial, y que la petición de entrada de nuevas empresas podría estar resuelta "a partir de la próxima semana".
Fuentes próximas al Puerto apuntaban ayer, sin embargo, que estos trámites podrían demorarse unas semanas más. El BBVA sí está dispuesto a acelerar los trámites de admisión de nuevas compañías en el inmueble, habida cuenta de que éste vive hoy sus mejores momentos después de estar muy cerca de su cierre.
El Muelle se ha revalorizado, y sus futuros gestores son conscientes de ello. Sin embargo, el traspaso desde el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) del banco catalán no se ha completado aún, y está resultando complejo. Estos trámites son los que están frenando la entrada de nuevas tiendas en el edificio.
Entre estas demandas figura un tercer actor especialmente importante: Sport Zone. La tienda de deportes, junto a Fund Grube y Worten, tiene capacidad para ejercer de nueva locomotora comercial en El Muelle, que en septiembre colmaba una de sus más viejas aspiraciones: la apertura de un hipermercado.
La firma canaria Hiperdino fue la que consiguió los derechos sobre unos 2.000 metros cuadrados de aprovechamiento comercial en la planta baja del inmueble, con unos resultados que parecen haber avalado su apuesta. En cada uno de los tres primeros festivos que abrió el establecimiento registró cuatro mil compradores en sus cajas registradoras. Y comenzó duplicando sus ventas en cada jornada en la que llegaban cruceros al Muelle Santa Catalina.
El propio centro comercial recibe unos 30.000 clientes cada domingo, el triple que antes de la apertura dominical permitida por la Dirección General de Comercio del Gobierno de Canarias, a solicitud del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Una medida adoptada después de que se considerara al recinto en 2014 como una de las nuevas zonas de afluencia turística en la ciudad.
En el escenario actual, las demandas para conseguir un local se han incrementado en los últimos meses. Y la parálisis en la gestión de la propiedad no ha hecho sino demorar la activación comercial de El Muelle, que abrió sus puertas en 2003 y que llegó a ser declarado como el mejor centro comercial de Europa por el Consejo Internacional de Centros Comerciales, pero que hasta el boom de los cruceros ha vivido tiempos difíciles.
Los problemas en el traspaso de la propiedad no sólo retrasan la admisión de nuevas empresas en el edificio: también la renovación de los permisos de las que ya tienen una tienda abierta en el mismo. O la organización de las mejoras que demanda la Autoridad Portuaria, después de que haya ejecutado obras por más de tres millones de euros para completar los nuevos accesos hasta el muelle de cruceros. Entre estas actuaciones figura un nuevo vial para tráfico rodado y peatones que discurre por la fachada trasera del centro comercial, que actualmente no tiene ninguna entrada para el público. El Puerto pretende que los dueños de El Muelle habiliten estas nuevas puertas y mejoren el tránsito de turistas en el entorno.
