Los restos de los antiguos pozos de refrigeración de la central eléctrica de la Cícer brotaron con más definición que nunca en la arena de Las Canteras. La bajada de la marea a primeras horas de la tarde de ayer dejó al descubierto las viejas estructuras de piedra, casi a la altura de las obras para un nuevo complejo deportivo.

Algunos usuarios se quejaron del olor a gasoil residual que aún se conserva bajo los restos de lo que en su día fue una instalación eléctrica esencial , aunque el viento y la lluvia que se han registrado estos días, que han destapado los pozos, también han despejado el ambiente.