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Ciudad de Mar Santa Catalina se llena de economía azul

¡A la rica espirulina!

Águeda Angulo y Vanessa Caballero informan en la feria sobre las propiedades nutritivas del alga y cómo se puede cultivar en casa

En Fimar se puede ver o hacer prácticamente de todo lo que esté relacionado con el mar. Por poder hasta se pueden comer algas. La protagonista del plato no es otra que la variedad de la espirulina. "Las puedes cultivar en casa en un acuario, una garrafa o un jarrón", asegura Águeda Angulo en cuyo stand cuenta con las tres cosas para mostrar lo que se puede lograr con cosas tan sencillas. Y es que su objetivo, junto con el de su compañera Vanessa Caballero, es dar a conocer las propiedades nutricionales que tiene este espécimen de planta acuática, todo ello "avalado científicamente" por el Banco Español de Algas (BEA).

"Son ricas en vitamina B12 y hierro y además poseen un 65% de proteínas de calidad", cuentan en medio de un espacio en el que prima lo verde. De ahí que ellas quieran dar a conocer todas estas propiedades a través de su asociación Spiral Viva. La idea es desarrollar este tipo de cultivos caseros con la máxima de combatir la desnutrición en países con altas tasas de esta problemática. "Nuestro sueño es ir a Tinduf (Argelia) y crear allí una granja", revelan emocionadas. Aún ven un poco lejana la consolidación de este anhelo, pero eso no les hace cejar en su empeño. Actualmente asesoran a un cooperativa en el Sahara Occidental e imparten talleres en tierra propia para dar a conocer las nociones básicas sobre esta práctica.

Lo primero es crear las condiciones naturales para que pueda crecer la espirulina. "En lugar en el que se vaya a realizar el cultivo se utiliza agua dulce con bicarbonato y sal y se alimenta la planta con fertilizantes". Una vez está lista la cepa, tras escurrirla un poco, se puede comer de dos maneras. "Fresca dura unos dos días y nada más sacarla del agua se queda como una pasta que parece una pella de gofio. Así mismo se puede comer". La otra opción es dejarla secar durante unos días, obteniendo una especie de pequeños espaguetis deshidratados que pueden añadirse a todo tipo de manjares, desde yogures a canapés o salsas.

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