La zona de la playa de Las Canteras comprendida entre Punta Brava y la Cícer presentaba ayer un paisaje completamente diferente al habitual. Tras perder metro y medio de arena por el fuerte oleaje de la noche del domingo, la zona adquirió la típica estampa de las playas del norte de Gran Canaria, repletas de rocas y piedras.
La desaparición de toneladas de arena dejó al descubierto todas las grandes rocas de la orilla y también los viejos pozos, las canalizaciones y el muro de la antigua fábrica de la Cícer. El temporal destrozó, además, una de las rampas de acceso a la playa, la que está situada a la altura de la calle Velarde, que se resquebrajó por la mitad, y que ha quedado inutilizada hasta que se reconstruya de nuevo.
Otros tres accesos, situados a la altura de la plaza de Churruca y de las calles Gravina y El Cid sufrieron desperfectos y tuvieron que ser cerrados, aunque los dos primeros fueron abiertos durante la mañana de ayer, tras ser reparados y limpiados. El de Churruca se mantiene todavía cerrado, porque aunque sufrió menos desperfectos que el de Velarde, se está esperando a que pase el temporal de mar para proceder a su arreglo.
El acceso situado a la altura de la calle Velarde tardará unos cuantos días en poder ser utilizado, debido a los enormes daños que sufrió. La estructura ya quedó algo dañada por el temporal de mar de la noche del pasado jueves y el fuerte oleaje del domingo terminó por romperlo. Los operarios trabajaban ayer en su restauración y retiraban los adoquines que escaparon al embate de las olas, pero se baraja la posibilidad de que la rampa tenga que ser reconstruida en su totalidad.
Más de la mitad de los veinte metros que tiene la rampa han quedado destrozados y los cimientos también han sido afectados. Unos catorce operarios trataban ayer de reparar los daños y limpiar toda la zona afectada por las mareas.
El temporal de la noche del pasado jueves dejó tocada la base en la que se asentaba la rampa de Velarde, que está hueca en parte, y el oleaje del domingo remató la destrucción. La virulencia del temporal se limitó esta vez a llevarse la arena, una parte de la cual fue depositada por la misma marea en la zona de la Peña la Vieja, lo que dejó al descubierto toda la parte de roca. También trajo piedras, aunque en menor cantidad que en otros temporales sufridos por la playa en años anteriores por estas mismas fechas.
Los destrozos del pasado lunes son el resultado de la confluencia de fuertes vientos, grandes mareas y potente oleaje, aunque según afirmaron expertos en la playa, la de la noche del domingo no ha sido la marea más alta que se ha registrado en el último año.
Según explicó la concejala de Ciudad de Mar, Mimi González, lo que ha sucedido esta vez es que el temporal llegó espoleado por el viento de noroeste, lo que propició un ataque de la playa por la zona por la que está más desprotegida, justo donde la barra se acaba y no hay ningún dique de abrigo.
"Los temporales del noroeste", sostuvo González, "están siendo muy fuertes y finalmente han terminado por romper el acceso de la calle Velarde. Tenemos a Vías y Obras haciendo las catas y trabajando para recuperar esa rampa lo antes posible, pero por suerte, el resto de accesos a la playa están bien. A ver si estos temporales pasan y la naturaleza nos devuelve otra vez la arena". La edil añadió que el tiempo que tardará esta zona de la playa en recuperar la arena dependerá de la "naturaleza". "La naturaleza", afirmó, "tiene ciclos e igual que este es el más frío de los últimos 16 años, los temporales asociados tienen su efecto en la naturaleza. Tiene sus procesos de equilibrio y volverá a traer la arena. Igual cuesta más tiempo, porque la naturaleza tiene sus ritmos naturales. Vamos a estar atentos". Los últimos temporales fuertes que han afectado a la playa se metieron el pasado jueves por la noche y desde entonces no han parado, aunque el del domingo pasado registró una gran virulencia.
Por su parte, las lluvias que cayeron durante la mañana de ayer y la noche del domingo volvieron a provocar vertidos del barranco de La Ballena a la playa de Las Canteras, también por la zona de la Cícer. El agua arrastró hasta la arena la basura que se encontró por el barranco. El Ayuntamiento desaconsejaba el baño ayer en esta zona, a través de unas vallas.
Ahora habrá que esperar a que el oleaje devuelva de nuevo la arena y cubra las rocas que han quedado al descubierto. Si no se repiten los temporales, las olas tardarán unos dos meses en cubrir todas la rocas, porque la playa tiene una capacidad de regeneración muy rápida.
